Por @Alvy — 8 de septiembre de 2012

Este vídeo en una cabina de presurización muestra un experimento sobre la hipoxia o falta de oxígeno, que primero aturde, luego atonta profundamente y finalmente provoca la muerte. La hipoxia puede surgir de varias formas. Una es debido a las fuerzas G: la sangre que transporta el oxígeno puede no llegarnos a la cabeza, por ejemplo debido a aceleraciones bruscas como las que experimentan los pilotos de cazas y similares. Otra es porque en el aire que se respira y llega a la sangre haya demasiado nitrógeno y poco oxígeno – como en este experimento.

En el vídeo se pide al sujeto resolver problemas aritméticos básicos (¿9-5?), reconocer naipes de una baraja o encajar piezas en un puzle para bebés. Tan pronto como disminuye la concentración de oxígeno en el aire es incapaz de realizar ninguna de esas tareas.

Entonces llega la prueba definitiva: explicarle que si no pulsa un botón para inyectar más oxígeno, morirá. Pero no hay reacción: el sujeto está en cierto modo eufórico y confiado: debido a la falta de oxígeno también es incapaz de entender y llevar a cabo esa sencilla acción para salvar su vida.

Lo que recuerdo es que no tenía ni idea de que podía estar a punto de morir. Pensé que el experimento había fallado porque estaba superando todas las pruebas correctamente. Desde luego, sería una forma estupenda de palmarla.

¿A qué se refiere con eso de que sería una forma estupenda de morir? Siguiendo los hilos vi que el vídeo es un fragmento de How to Kill a Human Being, un recomendable y altamente interesante documental de BBC/Horizon – que no es precisamente apto para todos los públicos. En él se analiza el trabajo de un político que está buscando la forma más humana y científicamente menos dolorosa de ejecutar a un condenado a muerte.

La cuestión de fondo es que aunque haya gente tanto en contra como a favor de la pena capital –y difícilmente llegarán a ponerse de acuerdo– en la práctica es una medida legal que todavía existe y se aplica en diversos países. Con un final bastante interesante, el documental examina junto con diversos expertos los efectos de métodos como la silla eléctrica, la inyección letal, la cámara de gas, la horca y otros más «innovadores», como este que emplea los efectos de la hipoxia.

Actualización (2018) – El vídeo original parece que fue retirado, así que he buscado otra versión.

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