Por @Wicho — 8 de enero de 2014

Aunque el Sol se mostró un tanto vago en lo que debía haber sido el pico de actividad del ciclo solar 24 hace un par de días soltó un par de chupinazos en nuestra dirección, como si se estuviera desperezando para 2014, aunque es pronto para poder decir que los que hablan de un máximo de actividad solar de doble pico puedan tener razón.

Primero fue una erupción solar de categoría M7.2, seguida unas horas después por una de clase X1.7 a las 18:32 UTC del día 7 de enero, que es la que se ve en este vídeo repetida cuatro veces; en 2013 no hubo erupciones de categoría X hasta mayo, aunque entonces fueron tres en pocas horas.

Las erupciones solares se divicen en las categorías A, B, C, M y X dependiendo del máximo del flujo de rayos X en la longitud de onda de 100 a 800 picómetros, medidos en vatios por metro cuadrado, captados por los satélites GOES en las proximidades de la Tierra.

Cada categoría tiene un pico máximo diez veces mayor que la anterior, mientras que dentro de cada una se usa una escala lineal para las mediciones. Así, una X2 es el doble de potente que una X1, mientras que es cuatro veces más potente que una M8.

La más potente de la que tenemos mediciones ocurrió el 4 de noviembre de 2003, siendo clasificada el principio como una X28, aunque más tarde fue actualizada a X45.

En este vídeo la erupción de categoría X1.7 no parece gran cosa, pero es que estaba apuntando casi directamente a la Tierra, por lo que es como si la viéramos desde arriba y así queda un tanto disimulada.

Una cosa peculiar acerca de esta erupción, y una prueba más de lo mucho que aún no sabemos del Sol, es que tuvo su origen en la zona activa 1943, marcada en rojo en esta imagen

Zonas activas 1943 y 1944 de enero de 2014
Zonas activas 1942, 1943 (en rojo), 1944 y 1946 de enero de 2014 - Foto de Paco Bellido

Mientras que la zona activa 1944, una de las más grandes vistas desde 1947, con un ancho de unas siete veces el de la Tierra, se mantiene tranquila, al menos por ahora.

La Tierra a escala
Abajo a la derecha la Tierra a la misma escala - Foto de Paco Bellido

Las erupciones de categoría M y X pueden causar efectos perceptibles en la Tierra y en el espacio que la rodea, como son las auroras, que se verán en latitudes tanto más bajas cuanto más potente sea el efecto de la erupción solar, problemas en las comunicaciones por radio, y fallos intermitentes o definitivos en la electrónica de los satélites artificiales y naves espaciales, aunque los que estamos con los pies en la Tierra estamos suficientemente protegidos por la atmósfera.

Pero a veces, como ha ocurrido en este caso, tal y como se puede leer en CME Accompanies X-class Flare, las erupciones solares van asociadas de eyecciones de masa solar formadas por radiación y partículas cargadas que son potencialmente mucho más peligrosas que las erupciones propiamente dichas, pues pueden provocar daños en circuitos eléctricos y electrónicos y en los sistemas de comunicación, además de reducir el campo magnético de la Tierra por un período; también pueden ser causa de preocupación para los astronautas que estén en órbita.

En este caso, al ser sólo una X1.7 los astronautas de la Estación Espacial Internacional no corren peligro, pero por si acaso Orbital Sciences ha decidido aplazar el lanzamiento de la primera misión regular de una cápsula de carga Cygnus a la Estación Espacial Internacional por miedo a los efectos que las partículas procedentes de la asociada a la erupción, que llegarán a la Tierra entre las 2 y las 7 UTC del día 9, pudieran tener en la aviónica de la cápsula.

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