Por @Wicho — 15 de abril de 2009

La teoría generalmente más aceptada sobre el origen de la Luna, aunque hay algunos hechos que no puede explicar, conocida como la teoría del Gran Impacto, es que hace unos 4.533 millones de años un planeta de un tamaño similar al de Marte chocó contra la Tierra, lo que hizo que el material expulsado en el choque quedara en órbita alrededor de nuestro planeta, material que más tarde se fusionó dando lugar a la Luna.

Recreación artística del impacto - NASA
Recreación artística del impacto - NASA

Aceptando esta teoría como buena, Edward Belbruno y Richard Gott proponían a su vez la hipótesis de Theia, que dice que el planeta en cuestión se habría formado junto con el resto del sistema solar en uno de los puntos de Lagrange de la órbita de la Tierra alrededor del Sol.

Simplificando un poco el asunto, estos son cinco puntos en los que un objeto relativamente pequeño puede permanecer estable respecto a otros dos objetos más grandes como serían el Sol y la Tierra en este caso; podríamos decir que en esos puntos el influjo gravitatorio de ambos cuerpos se anula mutuamente.

Esto hace que el material que pueda «andar suelto» por el espacio tienda a congregarse en esos puntos, ya que allí nadie lo molesta.

Según la hipótesis de Belbruno y Gott habría sido precisamente en el punto L4 ó L5 del sistema Sol-Tierra donde se habría formado el planeta que luego habría chocado con la Tierra para dar origen a la Luna, planeta bautizado como Theia (Tea), que la mitología griega era la titánide madre de la diosa lunar Selene.

Puntos de Lagrange Tierra-Sol - NASA
Puntos de Lagrange en el sistema Tierra-Sol (no está a escala) - NASA

Este planeta habría ido creciendo con el tiempo y en un momento dado se habría vuelto tan grande que la gravedad lo habría expulsado del punto de Lagrange que ocupaba, lo que lo habría llevado a chocar finalmente con la Tierra.

Obviamente, de ser cierta la teoría del impacto y de la existencia de Theia, a estas alturas no queda nada del planeta como para poder comprobar que efectivamente existió, pero sí cabe la posibilidad de que en los puntos L4 ó L5 aún queden restos de la formación de Theia en la forma de asteroides.

Ya se han realizado búsquedas de asteroides en esas zonas desde la Tierra para intentar comprobar la validez de la teoría, pero aunque no se ha encontrado ninguno, también es cierto que desde nuestro planeta, y con la tecnología de la que disponemos, no es posible encontrar asteroides de menos de 1 kilómetro.

Sin embargo, las sondas STEREO de la NASA, que tienen como objetivo principal la observación del Sol, están entrando en los puntos L4 y L5, con lo que podrían ser capaces de ver esos asteroides más pequeños de paso que realizan su misión principal, tal y como se explica en Las naves STEREO van en busca de los restos de un antiguo planeta cercano a la Tierra.

En el caso de encontrar un número de asteroides razonable esto podría ser motivo suficiente como para diseñar una misión que fuera a tomar muestras de la composición de estos, que de ser similar a la de la Tierra y la Luna respaldaría la teoría de Belbruno y Gott.

La campaña de observación durará varios meses, ya que los puntos de Lagrange en cuestión no son precisamente pequeños, pues cada uno de ellos tiene unos 50 kilómetros de ancho, con lo que ambas sondas estarán durante varios meses en ellos, alcanzando su máximo acercamiento a su centro durante septiembre y octubre.

Se puede colaborar en ella analizando las imágenes obtenidas por las sondas, tal y como se explica en STEREO/SECCHI L4/L5 campaign.

Por cierto que según cuenta la BBC en Nasa Sun probes watch over Earth los científicos de la misión describen en un trabajo de próxima publicación cómo se pueden usar estas sondas para predecir el impacto sobre la Tierra de partículas provenientes de erupciones solares.

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