Por @Wicho — 2 de junio de 2014

Vandalismo astronautil
Astronaut vandalism por XKCD

El espacio, la frontera final, y tal… Pero sólo está a 62 millas de altitud, o lo que son lo mismo, 100 kilómetros, donde está la línea de Kármán, la que marca el punto al que una aeronave tendría que volar tan rápido para no caer que alcanzaría la velocidad necesaria para entrar en órbita.

Pero ojo, por pocos que sean esos kilómetros, son tremendamente difíciles de alcanzar por la cantidad de energía que tenemos que gastar en vencer la gravedad.

De hecho, según se puede leer en La tiranía de la ecuación del cohete, de Tsiolkovsky, un texto de Don Pettit, viajar desde la superficie de la Tierra hasta los 400 kilómetros a los que orbita la Estación Espacial Internacional supondría la mitad del gasto energético de un viaje a Marte.

Y para eso hay que gastar un montón de combustible, por lo que la fracción de la carga útil de los cohetes, la parte que nos sirve, es realmente decepcionante.

Del mismo enlace: «La carga útil del Saturno V para orbitar alrededor de la Tierra es de aproximadamente el 4% de la masa total en el momento del despegue. El del Transbordador Espacial es de solo del 1%. Tanto el Saturno V como el Transbordador Espacial pueden colocar unas 120 toneladas en órbita terrestre. Sin embargo, la parte reutilizable del Transbordador Espacial es de 100 toneladas por lo que la parte no reutilizable queda reducida a unas 20 toneladas.»

Pero nadie dijo que explorar fuera fácil. Y no seríamos humanos si nuestra curiosidad no nos levara siempre a querer ir un poco más allá, aunque en el intento a veces nos hagamos daño.

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