Por Nacho Palou — 28 de abril de 2015

En Scientists create the sensation of invisibility, sobre el experimento llevado a cabo por neurocientíficos suecos cuyo estudio se puede leer en Illusory ownership of an invisible body reduces autonomic and subjective social anxiety responses,

El voluntario utiliza unas gafas de realidad virtual y se le pide que mire hacia abajo, hacia la parte inferior de su cuerpo. Pero a través de las gafas en lugar de ver su cuerpo el voluntario ve un espacio vacío. Entonces el investigador toca el cuerpo del voluntario con una brocha, mientras que con la otra mano, también con un brocha, hace exactamente el mismo movimiento bajo la cámara que recoge la imagen que el voluntario ve en sus gafas de realidad virtual.

El voluntario tarda poco, tan poco como un minuto, en asociar lo que siente —el contacto de la brocha en su cuerpo— con lo que ve, la brocha moviéndose delante de la cámara, lejos de él en realidad. Realmente la brocha que le está tocando no es aquella que está viendo sino la que en realidad sí entra en contacto con su cuerpo pero que el voluntario no puede ver.

La comprobación sobre esto llega cuando el investigador cambia la brocha que se muestra ante la cámara por un cuchillo y hace el gesto de dirigir el puñal hacia el espacio vacío que está viendo el voluntario: aunque el cuchillo se mueve hacia un espacio vacío la reacción del voluntario corresponde a la amenaza que supone un cuchillo que se dirige hacia donde él cree que está su cuerpo.

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