Por @Alvy

El genoma humano, grabado en cristal de 360 TB para la eternidad (o para durar miles de millones de años, al menos)

Hace un tiempo un equipo de la Universidad de Southampton almacenó el genoma humano completo en un cristal de memoria 5D. Es una especie de copia de seguridad de la humanidad y podría servir para guardar el genoma de otras especies, tanto animales como plantas. Eso sí, no tenemos ni idea de quién podría recuperar la información en el futuro ni cómo lo haría, porque a día de hoy no es posible reconstruir humanos a partir de esa información.

La técnica que almacena información en el cristal de silicio emplea utiliza láseres ultrarrápidos para inscribir información a una escala de 20 nanómetros; el nombre de «5D» además de ser muy marketiniano proviene de que se emplean cinco dimensiones: tres espaciales y dos ópticas, que supongo que tienen que ver con la polarización.

Para garantizar que alguna futura inteligencia biológica, robótica o IA pueda interpretar los datos, el cristal incluye una clave visual en el cristal, inspirada en las placas de las sondas Pioneer. Están representados los elementos fundamentales de la vida (hidrógeno, oxígeno, carbono y nitrógeno), la estructura molecular del ADN y la forma en la que los genes se organizan en cromosomas dentro de una célula.

El primer ejemplar de esta copia de seguridad se ha guardado en una cápsula del tiempo en Hallstatt, Austria, dentro del archivo Memory of Mankind. Contiene las aproximadamente 3.000 millones de bases del genoma humano, cada una secuenciada 150 veces para garantizar su exactitud.

Si alguien del futuro lo encuentra, al menos tendrá las instrucciones para descifrarlo. Ahora sólo falta que guardemos otra copia de seguridad de todo el conocimiento humano en estos momentos, ya sea empezando por las enciclopedias, bibliotecas o copiando toda Internet, y listo.

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Foto: Universidad de Southampton.

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Por @Wicho

Un retrato de medio cuerpo de la paciente en cuestión sonriendo a la cámara
Un reciente retrato de la señora Towana Looney – Ms Looney / NYU Langone Health

Towana Looney, la mujer que el pasado mes de noviembre recibió el trasplante de un riñón de cerdo modificado genéticamente, se ha convertido en la persona que más tiempo ha aguantado con vida tras una de esas operaciones al llegar a los 61 días con él implantado. Y, afortunadamente para ella, contando.

No sólo eso sino que según sus médicos su función renal es perfecta, por lo que esperan que en cosa de un mes pueda dejar Nueva York, dónde está viviendo para que le hagan los controles oportunos, y pueda volver a Alabama, que es donde reside habitualmente.

El único problema que ha tenido hasta ahora es que unas tres semanas después de la operación empezó a mostrar algunos síntomas de rechazo. Pero el equipo médico estaba al quite porque había sucedido algo similar con un riñón similar trasplantado al cuerpo de un donante fallecido que en 2023 mantuvieron en funcionamiento durante 61 días. Así que le aplicaron el tratamiento adecuado y desde entonces no ha tenido ningún tipo de problema más.

Supera así los dos meses que aguantó Richard Slayman tras su trasplante –aunque murió por complicaciones no relacionadas con la operación– y los 47 días que aguantó Lisa Pisano tras su operación antes de que tuvieran que extirparle el riñón. La señora Pisano moriría semanas después por complicaciones relacionadas con otras patologías que ya sufría antes del trasplante.

Los tres trasplantes fueron autorizados como procedimientos experimentales extremos porque los tres pacientes tenían distintos problemas que impedían que recibieran un riñón humano, ya fuera por su condición médica o por tiempo.

Aunque en este sentido Towana Looney es, con diferencia, la persona más sana de las tres que han recibido un trasplante de este tipo, lo que sin duda está ayudando a que todo vaya bien y está sirviendo para aprender más sobre este tipo de trasplantes.

La señora Looney supera también los dos meses que aguantó David Bennett el mes y medio que aguantó Lawrence Faucette con un corazón de cerdo modificado genéticamente.

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Por @Alvy

La galaxia de Andrómeda, también conocida como M-31, está muy lejos de nosotros, a 2,5 millones de años luz. Aunque tiene más o menos seis veces el tamaño aparente de la Luna llena no podemos ver sino una tenue silueta a simple vista, más o menos la zona central que tiene el tamaño de nuestro satélite. Ahora, gracias al trabajo de la NASA y científicos de varias universidades, podemos verla en todo su esplendor y con mucho más detalle.

El caso es que no podemos deleitarnos con el magnífico espectáculo de su presencia debido a la escasa sensibilidad de nuestros ojos, que no son como una cámara fotográfica de larga exposición sino algo diferente. Pero de los sensibles «ojos» del telescopio Hubble no se escapa.

Lo que han conseguido los científicos que trabajan en las imágenes del Hubble es montar un gigantesco fotomosaico con más de 600 imágenes obtenidas en unas 1.000 órbitas del telescopio a lo largo de 10 años. El resultado es una imagen de 2.500 millones de píxeles, de los que se puede descargar una versión «reducida» de 42.208 × 9.870 píxeles (JPEG, 203 MB).

La galaxia de Andrómeda / NASA, ESA, Benjamin F. Williams (UWashington), Zhuo Chen (UWashington), L. Clifton Johnson (Northwestern); Image Processing: Joseph DePasquale (STScI)

Lo que se puede ver en la imagen original de 2,5 gigapíxeles son 200 millones de estrellas más brillantes que el Sol, de las 1.000 millones que hay en Andrómeda. En ellas se ve el núcleo, donde están las estrellas amarillas más antiguas, el disco externo con polvo y filamentos oscuros. Hay algunas zonas interesantes, como NGC-206 donde hay muchas estrellas azules o la M-32 que es una pequeña galaxia satélite.

Hace ahora exactamente un siglo que en 1925 Edwin Hubble descubriera que Andrómeda es una galaxia situada fuera de la Vía Láctea, a varios años luz, lo cual desafiaba la concepción que había hasta entonces de que el universo estaba limitado a nuestra propia galaxia. Esta imagen es otro gran récord para el telescopio que lleva su nombre, que lleva ya 30 años funcionando y que todavía tiene mucho que ofrecer.

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Por @Wicho

No, el «Blue Monday» no existe; es sólo un invento publicitario

Desde 2005 cada año resucita cual zombie una historia que cuenta que el tercer lunes de enero es el día más deprimente del año, al menos según una fórmula diseñada por un tal Cliff Arnal, investigador de la Universidad de Cardiff. Eso lo hace merecedor del nombre Blue Monday, lunes triste:

Blue Monday – Se Anuncia Oficialmente El Día Más Deprimente de Enero: el 26 de enero¹ es el día más deprimente del calendario para a mayoría de los británicos de acuerdo a una sencilla fórmula desarrollada para Sky Travel. Teniendo en cuenta varios factores como la temperatura media (C), los días desde la última paga (P), los días hasta el próximo puente (B), las horas medias de luz de cada día (D) y el número de noches del mes en cuestión (N) creamos una sencilla fórmula tal y como C(P+B) N+D […]

Según se cuenta la historia la tal fórmula tiene en cuenta cosas como el clima, lo que te falta para volver a cobrar, las deudas, supuestamente mayores tras las navidades, el tiempo transcurrido desde Navidad, lo que falta para el próximo puente, etc, para calcular cuando cae el fatídico lunes en cuestión. Aunque por otra parte, resulta que siempre es el tercer lunes de enero, valgan lo que valgan los valores de esas variables.

Además es sorprendente que sea el mismo día para cualquier persona independientemente de cuando pueda cobrar (hay gente que cobra cada semana, cada dos, una vez al mes), de la temperatura en donde viva (digamos que no es lo mismo Vladivostok que Río de Janeiro), o del calendario de festivos que se le aplique, que en España tan siquiera es el mismo entre las distintas regiones del país. Por poner algunos peros bastante obvios.

Pero incluso si se restringiera sólo al Reino Unido… Resulta que es todo una invención de Porter Novelli, la empresa de relaciones públicas de la empresa Sky Travel allá or 2005 (no sé si sigue siéndolo). Y tal y como cuenta Ben Goldacre en (MediaSlut – Ideas) + Money = CorporateWhore Porter Novelli le ofreció a varios científicos poner su nombre detrás de la idea del Blue Monday hasta que Arnal aceptó. Vamos, que no fue el tal Arnal el que realizó un estudio para Sky Travel, sino que se limitó a firmar la tontería que le propusieron desde la agencia.

Así que si ves que alguien cuenta hoy lunes (o algún otro lunes) esta historia y no dice que es una soberana chorrada, ya sabes quien no ha hecho los deberes.

Hay más sobre el tema en “Blue Monday” is churnalism, beware any journalist who puffs it.

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¹O el que toque cada año.

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