Por @Wicho — 10 de julio de 2014

Gliese 581g por Lynette Cook
Gliese 581g por Lynette Cook vía NASA

Salvo en el caso de unos pocos planetas extrasolares que hemos podido observar directamente la inmensa mayoría de ellos han sido localizados mediante métodos indirectos.

Los dos más populares son el de los tránsitos y el de la velocidad radial.

El de los tránsitos consiste en medir cuidadosamente la luz que llega de una estrella con la idea de detectar la pequeña disminución en el brillo de esta que se produce cuando un planeta que orbita a su alrededor pasa por delante de ella.

El de la velocidad radial consiste en medir los tirones que la gravedad de un planeta extrasolar produce sobre una estrella cuando pasa por detrás de esta, lo que se mide mediante la variación del efecto Doppler que presenta la luz que nos llega de ella.

El efecto Doppler es el que hace que cuando un coche se nos acerca, luego pasa por delante de nosotros, y luego se aleja el sonido de su motor nos vaya pareciendo primero cada vez más agudo y luego más grave, y la luz también lo sufre y se puede medir.

Cualquiera de estos dos métodos de detección necesita de mediciones extremadamente precisas, pues los efectos que se busca medir son extremadamente pequeños, así que telescopios como el Kepler y similares observan una y otra vez las estrellas candidatas para acumular datos al respecto.

El análisis de estos datos ha de ser también muy preciso para poder eliminar el efecto de ruido en los instrumentos y otras posibles interferencias que puedan falsear los resultados.

Por eso muchas veces se habla de candidatos a exoplanetas mientras se refina el análisis de los datos que nos permiten saber que están ahí.

Y a veces sucede que al refinar los datos planetas que pensábamos que existen en realidad no existen.

Tal y como se puede leer en A Brief History Of Gliese 581d and 581g, The Planets That May Not Be esto es justamente lo que ha pasado con Gliese 581d y 581g.

Su existencia ya se había puesto en duda en el pasado y, al menos por ahora, esta queda descartada ya que las señales que indicaban que estaban ahí en realidad parecen ser efectos de la presencia de manchas solares sobre la superficie de Gliese 581, manchas que también son capaces de provocar el efecto Doppler del que hablábamos antes.

Gliese 581g fue durante un tiempo uno de los planetas extrasolares más parecidos a la Tierra de los que habíamos detectado, y tanto él como 581d se supone que estaban en la zona de habitabilidad de su estrella.

De todas formas, tenemos montones de planetas y estrellas que explorar, pues el universo está lleno de ellos, y esta revisión de los datos no deja de ser una demostración de la capacidad de autocorrección de la ciencia, que no es una colección de hechos probados sino una forma de adquirir conocimiento.

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear Publicar