Por @Wicho — 27 de octubre de 2009

A principios de 2004 un equipo de científicos del Corea del Sur dirigido por Hwang Woo-suk anunciaba haber conseguido por primera vez en la historia la clonación con éxito de embriones humanos y el haber obtenido células madre de ellos, y en mayo del año siguiente volvían a dar el aldabonazo al anunciar que habían conseguido clonar células madre adaptadas a una persona determinada manipulando su contenido genético para hacerlas indistinguibles de las propias de la persona en cuestión.

Célula madre no diferenciada © Universidad de Wisconsin
Célula madre antes de convertirse en otro tipo de célula

Los dos anuncios provocaron muchísimo interés ya que la investigación con células madre, capaces a grandes rasgos de convertirse en cualquier otra célula del cuerpo, es un campo con gran promesa que algún día podría permitirnos conseguir tejidos e incluso órganos de reemplazo para aquellos que hayan fallado o que hayan sufrido algún daño.

El problema es que en diciembre de 2005 comenzaron a circular rumores de que los estudios podían haber sido falsificados, y pronto se confirmaba que habían sido un fraude total.

Esto le valió al profesor, que en algún momento llegó a hablar de una conspiración, perder su licencia de investigador, ser suspendido de empleo y sueldo, más tarde ser despedido de la Universidad de Seúl, y finalmente ser procesado en un juicio que comenzó en junio de 2006.

Ahora acaba de saberse que Hwang Woo-suk ha sido condenado a dos años de cárcel por malversar unos 470.000 euros y comprar óvulos humanos para sus experimentos, algo que las leyes de bioética del país no permiten, aunque no ingresará en esta al haberle sido conmutados por tres años bajo vigilancia al entender el tribunal que no deja de ser un experto en la clonación animal y que el dinero malversado por él se había destinado a asuntos relacionados con la investigación: Declaran culpable a Hwang Woo Suk, el falso pionero de la clonación humana.

Lo curioso del caso es que no ha sido condenado por publicar resultados falsos, ya que la fiscalía no había presentado cargos en este sentido, aunque en cualquier caso esta va a recurrir la sentencia ya que había pedido cuatro años de prisión para el científico.

En cualquier caso, desde que se publicaran estos estudios falsificados la investigación en este campo sigue avanzando a pasos agigantados, y por citar un par de ejemplos ya se han conseguido fabricar corazones de rata en un laboratorio e incluso se ha conseguido que alguno diabéticos que tenían que tomar insulina hayan podido dejarla gracias a tratamientos con células madre.

Más (Alvy): En las jornadas de Casa Asia del mes pasado, Josep María Coll explicó el impacto del caso de Hwang Woo-suk como parte de sus apasionantes explicaciones sobre la cultura coreana. El asunto era más o menos así: en la sociedad coreana, tremendamente concienciada para lograr el liderazgo tecnológico y científico, y tremendamente influenciada por el concepto del trabajo duro y el «éxito», personajes como Hwang Woo-suk son reverenciados por sus avances y descubrimientos. Son ídolos de la sociedad: los niños llevan camisetas con su nombre y su foto, igual que aquí se ponen una camiseta de Ronaldo. (¿Se puede imaginar alguien en España a un niño con una camiseta de Joan Massagué, su ídolo de masas? Pues esa es la diferencia cultural).

Retirando fotos de Hwang Woo-suk
La imagen del profesor estaba incluso en los autobuses, de los que fue retirada rápidamente en cuanto estalló el escándalo

La tremenda decepción que supuso el caso fue todo un palo no sólo para el científico sino para todos sus seguidores, jóvenes e incluso niños que le admiraban. El tema ocupó páginas y páginas de los periódicos durante meses y meses. Cuando he visto el titular de que finalmente había sido condenado, y en función de eso que nos contaron, sólo esperaba leer que le había caído la pena de muerte o la cadena perpetua. Los dos años y la multa son un chollo comparado con la magnitud de ese escándalo para la cultura Coreana.

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