Por @Wicho — 27 de febrero de 2013

Representación artística de la nave
Representación artística de la nave de Inspiration Mars rodeando Marte

Dennis Tito ha revelado hoy los detalles de lo que él considera el próximo gran desafío para los Estados Unidos, que no es otra cosa que enviar a un matrimonio en una misión de sobrevuelo de Marte –sin tan siquiera entrar en órbita a su alrededor– de 502 días de duración el 5 de enero de 2018, todo ello financiado con fondos privados.

¿El resumen ejecutivo? Va a ser que no.

Es difícil saber por dónde empezar a la hora de contar la cantidad de problemas a los que se enfrenta Inspiration Mars.

Para empezar, no creo que ninguna pareja, por muy bien avenida que sea, soporte estar durante 502 día encerrada en un habitáculo similar al de una caravana de camping no muy grande, sin posibilidad alguna de arrepentirse y marcharse de allí hasta estar de vuelta.

Espacio disponible en la nave
Aproximación al espacio disponible en la nave - Inspiration Mars

Para seguir, aunque Inspiration Mars hable de utilizar el Falcon Heavy de SpaceX y su cápsula Dragon tripulada como base de la nave que irá a Marte a estas alturas lo cierto es que ni el Falcon Heavy ni la Dragon tripulada existen en estos momentos, aunque la Dragon de carga ya ha hecho varias visitas a la Estación Espacial Internacional. Y 2018 está ahí al lado en lo que a la escala de desarrollo de naves espaciales se refiere.

Además, es muy distinto diseñar y lanzar una cápsula tripulada que vaya a quedarse en órbita terrestre o ir hasta la Luna que diseñar una nave capaz de dar cobijo a dos personas durante todo ese tiempo, de nuevo sin posibilidad alguna de recibir apoyo desde el exterior ni modo alguno de abortar la misión si pasa algo grave.

Y para acabar también está el problema del dinero, porque aunque Tito se ha comprometido a financiar la primera parte del desarrollo a partir de 2015 Inspiration Mars tendrá que buscarse los cuartos por otra parte.

Vamos, que ni de broma, por si no había quedado claro.

La pregunta es cómo Dennis Tito, siendo el primer turista espacial de la historia, puede haber «comprado» esta idea.

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