Por @Wicho — 13 de mayo de 2015

Un grupo de investigadores del CNIO, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, ha dado un prometedor paso en la lucha contra el cáncer de pulmón, el que más muertes provoca en el mundo, tal y como se puede leer en Científicos del CNIO logran quitar la inmortalidad al cáncer [PDF 277 KB].

Pero ojo, antes de echar las campanas al vuelo: se trata de resultados obtenidos en animales y en condiciones de laboratorio, resultados que podrían no ser aplicables en el caso de los seres humanos.

Cada vez que una célula se reproduce los extremos de sus cromosomas, conocidos con el nombre de telómeros, se acortan un poco, hasta el punto en el que al cabo de un cierto número de divisiones se vuelven tan cortos que la célula ya no es viable y deja de reproducirse y muere.

Simplificando mucho las cosas, los telómeros son como una especie de contador de vidas de la célula.

En las células cancerosas, sin embargo, los telómeros están protegidos por una especie de funda formada por seis proteínas, con lo que no sufren este acortamiento con cada reproducción de la célula, con lo que es como si estas fueran inmortales y se reproducen sin control.

Lo que han hecho en el CNIO es buscar –y encontrar– un compuesto químico capaz de romper esta funda protectora, lo que deja desprotegidos los telómeros de las células cancerosas; es como si el producto desarrollado por el CNIO, bautizado como CNIO ETP-47037, pusiera su contador de vidas a cero.

El ETP-47037 en acción
Las células de cáncer de pulmón tratadas con ETP-47037, a la derecha, muestran menos TRF1, una de las proteínas que forman parte de la «funda» de los telómeros, en verde, arriba, y un mayor daño de estos, en rosa, abajo, que las células sin tratar, que están a la izquierda - CNIO

Con esto las células cancerosas mueren y se frena el crecimiento del tumor, y además con efectos tóxicos tolerables, lo que lo hace candidato a convertirse en un medicamento válido para tratar este y otros tipos de cáncer.

Pero para esto ahora queda trabajar con la industria farmacéutica en su desarrollo, y una vez que esté listo, en las distintas fases de ensayos clínicos, que, de nuevo, y es muy importante insistir en esto, podrían no dar los resultados apetecidos.

No hay que olvidar, tampoco, que hay otros mecanismos que provocan el cáncer, así que aunque este avance resulte prometedor, no hay que echar las campanas al vuelo.

(Vía @sonicando).

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