Por Nacho Palou — 2 de noviembre de 2017

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La insuficiencia cardíaca sucede cuando el corazón no es capaz de bombear la cantidad de sangre que necesita el cuerpo. Para compensarlo el corazón hace un esfuerzo mayor, crece en tamaño y bombea con más fuerza aumentando la presión. Pero esto sólo resuelve el problema de forma temporal ya que el corazón no puede prolongar indefinidamente ese esfuerzo extra.

La insuficiencia cardíaca afecta a millones de personas en todo el mundo y, aunque puede tratarse con medicamentos, no tiene cura.

Esto podría cambiar en el futuro, según la publicación MIT Technology Review, gracias a los “prometedores resultados” logrados con una terapia genética, aplicable mediante una única inyección, en la que trabaja un equipo médico de la escuela de medicina Icahn del hospital Monte Sinaí, dirigido por el investigador cardiovascular Roger Hajjar.

En un estudio realizado con 13 cerdos que padecían insuficiencia cardíaca grave, Roger Hajjar y sus colegas aplicaron a seis de ellos su terapia genética mientras que los otros siete recibieron una solución salina. La terapia genética redujo la insuficiencia cardíaca de los animales en un 25 por ciento en el ventrículo izquierdo y en un 20 por ciento en la aurícula izquierda. El tratamiento también redujo en un 10 por ciento el tamaño de los corazones de los animales, que habían crecido debido a la dolencia.

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La terapia de Roger Hajjar hace uso de un gen que regula una proteína llamada fosfatasa 1 que se encuentra en niveles altos en las personas con insuficiencia cardíaca. Un exceso de esta proteína interfiere con la capacidad del corazón para contraerse. Los investigadores creen que actuar sobre esa proteína es una manera de mejorar la capacidad de bombeo del corazón afectado.

Según los investigadores esta terapia podría iniciar sus primeras pruebas médicas en humanos el año que viene.

“La gran duda es cuánto costaría en el mercado una terapia genética para esta cardiopatía”, apuntan en MIT Technology Review. Pero a juzgar por otras terapias genéticas ya existentes “podría ser muy caro, al menos al principio.”

La mejor manera de tratar e incluso prevenir la insuficiencia cardíaca es vigilando la dieta, controlando el peso, evitando el tabaco y el alcohol y realizando ejercicio físico moderado de manera regular.

Fotografía: Hush Naidoo, Unsplash.

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