Por @Wicho — 30 de junio de 2016

LISA Pathfinder en el espacio
Impresión artística de LISA Pathfinder tras la separación del módulo de propulsión tras llegar a su órbita de trabajo - ESA

Lanzada el 3 de diciembre de 2015, la misión Lisa Pathfinder tenía como misión determinar si tenemos la tecnología necesaria para construir un detector de ondas gravitacionales que mida, literalmente, millones de kilómetros.

La idea es colocar tres naves en el espacio formando un triángulo de millones de kilómetros de lado y que cada una de ellas mida continuamente la distancia que la separa de las otras dos; si somos capaces de mantenerlas lo suficientemente quietas, muy quietas, cualquier movimiento extra será atribuible a las ondas gravitacionales.

Lisa Pathfider ha arrojado unos resultados espectaculares, mejores incluso que los esperados, por lo que todo parece indicar que vamos por el buen camino para poder construir ese enorme detector de ondas gravitacionales, una especie de Ligo tamaño XXXXXL, con lo que la Agencia Espacial Europea acaba de dar por finalizada su misión principal.

Así, desde el 26 de junio está probando el Disturbance Reduction System, su carga secundaria. El DRS, desarrollado en los Estados Unidos, recibe los datos de los movimientos que detecta Lisa Pathfinder e intenta contrarrestarlos usando unos propulsores coloidales que generan la propulsión cargando gotas minúsculas de líquido que son aceleradas a través de un campo eléctrico y que al salir expulsadas son capaces de proporcionar empuje; es así como un espray que funciona gracias a la electricidad.

Si el DRS funciona como se espera sería otra opción a la hora de diseñar sistemas de control de actitud ultraprecisos para naves espaciales, ya que regulando la cantidad de gotas y la velocidad a la que salen se pueden hacer ajustes extremadamente finos que resultan imposibles con propulsores tradicionales.

Luego, a partir del 1 de noviembre, Lisa Pathfinder volverá a su misión original gracias a una extensión de siete meses de la misión recién aprobada por la ESA; durante este tiempo el equipo de LPF recogerá datos adicionales y probará algunos modos de funcionamiento experimentales para ver hasta donde se puede llagar.

Con toda la experiencia adquirida y si todo va según lo previsto Lisa será lanzado en la década de los 2030.

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