Por @Alvy — 25 de agosto de 2016

En la primera parte de este fragmento de conversación entre dos grandes divulgadores, el astrónomo Neil deGrasse Tyson y el etólogo Richard Dawkins sobre matemáticas, lógica y cómo nuestros cerebros parecen estar «cableados» para cierto tipo de conocimientos pero no tanto para otras tareas se trata la importancia que puede tener esto en la supervivencia de los seres inteligentes – particularmente de nuestros ancestros en el proceso evolutivo. Forma parte de la Richard Dawkins Foundation for Reason & Science.

Y me pareció que DeGrasse tiene un punto muy interesante, sobre el que se explaya el profesor Dawkins:

Neil deGrasse Tyson: Viendo todos los problemas que la gente tiene con las matemáticas acabo preguntándome si no será que nuestro cerebro no está bien «cableado» para los razonamientos lógicos. Mucha gente incluso enorgullece de que «los números no son lo suyo» mientras que no creo que nadie se enorgullezca de «no saber mucho de Shakespeare».

Richard Dawkins: En Inglaterra una vez preguntaron en una encuesta y muchísima gente pensaba que la Tierra tarda un mes en dar la vuelta en su órbita alrededor del Sol; una editora de un periódico incluso lo reconoció haciendo un chiste con ello, como si fuera gracioso ser alguien ignorante en lo más básico de la astronomía.

NDT: La cuestión que me intriga es que como organismos vivos deberíamos tener más éxito para sobrevivir comportándonos de forma racional, lógica y científica y no al revés.

RD: Sí, pero lo cierto es que se puede vivir la vida bastante bien sin ello; basta imaginar a nuestros ancestros enfrentándose a leones, sequías o hambrunas: la lógica sería bastante informativa pero poco más. No me imagino a alguien primitivo diciendo «¡oh, mira, una criatura con grandes colmillos! Vamos a investigarla.» La curiosidad a veces es mala o peligrosa. Es como mi sobrino, que de pequeño metió los dedos en un enchufe y la corriente le soltó un zurriagazo. Y luego volvió a meterlos para ver si siempre ocurría lo mismo.

NDT: Entiendo. Quizá por eso en la historia de la humanidad hay actividades que no se derivan de la lógica, como el arte y otras; quizá la gente simplemente quiera sentir cosas…

RD: Sí, quizá es que es necesario tener miedo a ciertas cosas aunque la lógica y las probabilidades te digan que la realidad es de otra forma, por el riesgo de que sean peligrosas para ti o para tus amigos. Por ejemplo: si se mueven las ramas de un árbol tal vez sea un leopardo que te va a saltar encima, pero es mucho más probable que sea el aire moviendo las ramas. Cuando supervivencia depende de que haya una remota posibilidad que algo suceda, quizá sea mejor actuar con prudencia que con lógica, tener más «aversión al riesgo» de lo necesario.

Bien podría ser que esto explique un sinfín de fobias o «miedos irracionales» tales como las de viajar en avión, ir en coche o incluso la propia religión: apostar por «sobrevivir en el más allá», muy al estilo de la apuesta de Pascal:

Puedes creer en Dios; si existe, entonces irás al cielo.
Puedes creer en Dios; si no existe, entonces no ganarás nada.
Puedes no creer en Dios; si no existe, entonces tampoco ganarás nada.
Puedes no creer en Dios; si existe, entonces no irás al cielo.


Usted tiene dos cosas que perder: la verdad y el bien, y dos cosas que comprometer: su razón y su voluntad, su conocimiento y su bienaventuranza; y su naturaleza posee dos cosas de las que debe huir: el error y la miseria. Su razón no resulta más perjudicada al elegir la una o la otra, puesto que es necesario elegir. Ésta es una cuestión vacía. Pero ¿su bienaventuranza? Vamos a sopesar la ganancia y la pérdida al elegir cruz (de cara o cruz) acerca del hecho de que Dios existe. Tomemos en consideración estos dos casos: si gana, lo gana todo; si pierde, no pierde nada. Apueste a que existe sin dudar.

Aunque el debate lógico-religioso de esta famosa «apuesta» persiste hasta nuestros días, el propio Richard Dawkins quiso liquidarlo de un plumazo:

La hipótesis es que en el caso de la real existencia de un ser superior, éste en vez de premiar la inteligencia de una persona que use la apuesta de Pascal, la castigue debido a la hipocresía de una persona al creer únicamente para ganar algo. Si realmente existe este Dios, este apreciaría más un personaje no creyente, ya que es honesto y valiente al mantener su posición de no creyente ante las diferentes «amenazas» por esas creencias imperantes. Simplemente al encontrarse con este improbable ser diría «No tenía ninguna prueba de tu existencia».
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