Por @Wicho — 16 de abril de 2011

Aunque los modelos y teorías que manejamos en la actualidad sobre cómo funciona nuestro universo funcionan razonablemente bien, hace tiempo que científicos de todo el mundo están a la caza de la materia oscura (que no debe ser confundida con la energía oscura).

La materia oscura, cuya existencia ya fue postulada en 1933 por Fritz Zwicky, podría explicar ciertos fenómenos observados que indican que el universo está compuesto por más materia de la que somos capaces o sabemos ver.

De hecho, según los últimos cálculos, hasta un 23 por ciento del universo estaría formado por esta materia oscura.

Pero el mayor problema es que aunque su existencia está generalmente aceptada, nunca hemos sido capaces de observarla directamente, como mucho de inferir su presencia por los efectos gravitacionales que provoca en la materia que sí vemos o en ciertas radiaciones que sí sabemos detectar, en especial en las anisotropías (las irregularidades) del fondo cósmico de microondas.

Naturalmente, se han puesto en marcha numerosos experimentos para intentar confirmar -o no su existencia, entre ellos el XENON, un instrumento que fruto de una colaboración internacional intenta detectar WIMP, partículas masivas débilmente interactivas, unas partículas por ahora hipotéticas que podrían explicar muchas de las cosas que ahora atribuimos a la materia oscura.

Tubos fotomultiplicadores del detector XENON100 - the XENON collaboration
Tubos fotomultiplicadores del detector XENON100 - the XENON collaboration

Lo que pasa es que después de seis meses de funcionamiento el experimento XENON100, que usa 150 kilogramos de xenon líquido para intentar detectar interacciones entre las WIMP y la materia ordinaria, no se ha obtenido ni una sola detección, tal y como se puede leer en Dark Matter Results from 100 Live Days of XENON100 Data.

La visión pesimista de esta sería que la materia oscura no existe y que hay que toca replantearnos nuestras hipótesis sobre el funcionamiento del universo, aunque hay que recordar que el método científico consiste precisamente en eso; la optimista, que es la que están adoptando los científicos que trabajan en este experimento, es que los resultados obtenidos les ayudarán a establecer límites más firmes en los modelos que manejamos de la materia oscura.

(Vía Universe Today).

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