Por Nacho Palou — 17 de julio de 2017

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En los últimos días muchos medios han dado bola a los resultados de dos estudios que sugieren que beber café alarga la vida, con cuñados confirmando en televisión que eso era así, tal cual. Al menos algún entrevistado por este asunto tuvo a bien hacer notar que independientemente de cualquier beneficio que pudiera tener el café lo que sin duda sí era perjudicial eran los añadidos, como el azúcar.

Es verdad que no es lo mismo tomar café solo que café con crema o café con dos sobres de azúcar refinado o con licor. Como también es verdad que hoy por hoy no hay pruebas que confirmen que tomar más café alarga la vida. Tanto es así que los propios autores de ambos estudios admiten que “aunque beber café no se puede considerar beneficioso para la salud en base a estos estudios, los resultados concluyen que para muchos beber café no es perjudicial.” Esto es otra cosa, incluso sabiendo que el café tiene ingredientes teóricamente beneficiosos, como antioxidantes.

Los investigadores también admiten que ambos estudios se basan únicamente en registrar “cuán a menudo los participantes bebían café, algo que puede cambiar a lo largo del tiempo que dura el estudio y que por tanto puede no ser preciso. Además, aunque los investigadores trataron de tener esto en cuenta, la gente que dice que bebe mucho café puede tener otros hábitos diferentes de aquellos que dicen que no beben café o que beben menos”.

(También explican por qué hicieron dos estudios: “para determinar cualquier relación entre el consumo de café y el riesgo de muerte según la etnia y la diferencias culturales relacionadas con la manera en que se prepara el café.”)

Así que de entrada no son dos estudios diferentes que coinciden en sus resultados, sino que son dos estudios iguales coordinados y en los que se aplica el mismo método. En la metodología subyace el gran pero de sendos estudios. Tal y como explican en Forbes, en No, These Two Studies Don't Prove That Coffee Leads To Longer Life un estudio de cohortes es un estudio de seguimiento que únicamente tiene en cuenta el aspecto estudiado, y nada más. De modo que los investigadores no tienen ni idea de cómo era la vida previa de los participantes, de cómo es la rutina durante el estudio ni tampoco de qué hacen con su vida ni de quiénes se rodean. Por tanto ese tipo de estudio tiene limitaciones,

No importa lo bien construido y ejecutado que esté hecho un estudio de cohorte, un estudio de seguimiento nunca podrá probar causa y efecto. Como mucho puede detectar o sugerir tendencias que requieren investigación adicional por otros métodos. Cualquier resultado de un estudio de cohorte puede ser una simplificación de lo que ocurre realmente. En el peor de los casos estos estudios agrupan a muchas personas en categorías muy amplias y pueden llevar a conclusiones prematuras y a estereotipos. Por ejemplo, estudios de seguimiento han sugerido que las personas de piel blanca beben más alcohol. Pero nadie se mira el color de la piel y dice “tengo la piel blanca, debo beber” ni alguien que es más moreno se mira el brazo y dice “ponme poco que tengo la piel morena.” No, tales hallazgos son tendencias medias supeditadas a causas más complejas y no son aplicables a un individuo determinado.

A partir de esta tendencia detectada, dicen en Forbes, “sería necesario llevar a cabo investigaciones científicas adicionales antes de llegar a una conclusión” porque de momento lo único que demuestran sendos estudios es que hay algo en la vida de quienes beben café que hace que vivan un poco más (alrededor de un 15 por ciento más, simplificando) que quienes no beben café,

Pero el estudio no dice el qué. Podría no tener que ver siquiera con el café. Por ejemplo, ¿tal vez la gente que bebe café tiene más amigos y una vida social más saludable? Podría ser. ¿Puede ser que la gente que beba café tenga una dieta diferente o camine más para ir a la cafetería? Tal vez. ¿Beber más café puede tener que ver con sentirse mejor en el trabajo? Hay tantas posibilidades que estos dos estudios simplemente no pueden profundizar lo suficiente como para desentrañarlas.

A 5 euros el café del Starbucks hasta es posible que los que beben más café tengan un seguro médico mejor, puestos a añadir posibilidades.

En el mismo artículo de Forbes se incluye esta charla TED de la matemática belga Ionica Smeets (con subtítulos en español) titulada The danger of mixing up causality and correlation,

Que explica las correlaciones falsas, la falacia de suponer que dos hechos tienen relación sólo porque se observan juntos o porque se detecta una correlación estadística entre ellos, como que los helados causan ahogamientos en el agua, que casarse aumenta los años de vida o que quienes beben café viven más.

Vía Boing Boing.

Fotografía de Edan Cohen en Unsplash.

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