Por Nacho Palou — 3 de febrero de 2006

Por lo visto el polvo lunar huele «a pólvora usada». Es un olor fuerte, «como si alguien acabase de efecturar un disparo». Tampoco tiene mal sabor y tiene un tacto suave como la nueve en polvo, aunque extrañamente áspera. «Es algo alucinante» en palabras del astronauta Gene Cernan uno de los que tocaron, respiraron y tragaron polvo lunar. Porque por mucho que se lo intentasen quitar de encima antes de entrar cuando regresaban a la cápsula éste se quedaba adherido por todas partes en los trajes, el casco y los utensilios después de cada paseo por la superficie lunar.

The Smell of Moondust – Casi la mitad de los compuestos del pulvo lunar son critales de dióxido de silicio creado por los meteoritos que golpean la luna. Estos impactos que han venido ocurriendo durante miles de millones de años funden la superficie y pulverizan cristales minúsculos. El polvo lunar también es rico en hierro, calcio y magnesio que son absorbidos por minerales como el olivino y el piroxeno. Nada que se parezca a la pólvora.
Sin embargo en la Tierra el polvo lunar no huele a nada. No se sabe muy bien porqué pero parece que no se dan las condiciones adecuadas para que el polvo lunar reaccione químicamente y produzca ese característico olor descrito por los astronautas.

(Vía La Neurona Absurda.)

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