Por @Wicho — 12 de noviembre de 2014

¡He llegado!

Hoy hemos hecho historia: hemos colocado una sonda en el núcleo de un cometa que se mueve a 66.000 kilómetros por hora a 500 millones de kilómetros de la Tierra tras más de diez años de viaje y 6500 millones de kilómetros recorridos.

Los arpones están enganchados, las patas retraídas: el contacto es firme; nadie nos mueve ya de allí.

Es la primera vez en la historia que hacemos algo así.

Estos son los diez instrumentos de Philae que ya están haciendo ciencia allí

Instrumentos de Philae


Cuando nos lo proponemos nos salimos del mapa. Hoy mola como pocos días ser humano y tener esa curiosidad que nos lleva a siempre querer ir un poco más allá.

Las primeras imágenes se esperan sobre las 7 de la tarde; iré actualizando la anotación según recibamos más información.

Actualización 18:00 La Agencia Espacial Europea confirma que los arpones de Philae no se dispararon, por lo que ahora mismo está fijado solo mediante los tornillos que hay en los extremos de sus patas.

Están a la espera de recibir más datos para decidir si intentar dispararlos a mano o qué hacer.

Los tornillos, por su parte, parecen haber penetrado sólo 4 centímetros en ls superficie de 67P

Actualización 20:00 Tras un buen rato de incertidumbre Stephan Ulamec, el responsable de Philae, vino a comentar la situación.

Esta se resume en que aunque a las 17:03 se recibió la señal clara de que había contacto con la superficie de 67P luego fueron viendo como tanto la señal de radio como la cantidad de energía que producían las células solares de Philae fluctuaban.

Todavía no tienen claro qué pasa, pero todo parece indicar que Philae podría haber tocado la superficie de 67P, rebotar al no haberse disparado los arpones, y volver a aterrizar al cabo de un rato; de ahí esas fluctuaciones en la señal de radio y en el nivel de producción de electricidad de las células solares.

Todo un 2 por 1.

Habrá que esperar a mañana, 13 de noviembre, para volver a recibir más datos de Philae vía Rosetta, que ahora mismo está al otro lado de 67P, para intentar confirmar qué es lo que ha pasado.

Pero pase lo que pase, aunque ni mañana ni nunca podamos volver a establecer contacto con Philae, el que hayamos tocado el núcleo de un cometa es alguien que ya nadie puede quitarnos.

En mi opinión, y salvando todas las distancias, es el equivalente para esta generación a la llegada a la Luna de las misiones Apolo.

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