Por @Wicho — 17 de noviembre de 2017

Autumn fireball

El 14 de noviembre de 2017 Ollie Taylor estaba preparándose para hacer una foto nocturna en el paso Passo Falzarego, en los Dolomitas, cuando tuvo la enorme suerte de capturar el paso de un bólido que fue visto por un montón de personas desde Alemania, Francia, Suiza, Austria y Luxemburgo.

Estaba componiendo una toma de esta escena que incluyera a la Osa Mayor, que se ve por encima del meteoro. Quería hacerla al atardecer para que el cielo tuviera un bonito tono rosa. Acababa de decidir que no estaba lo suficientemente cerca, así que me había dado la vuelta para coger mi otra cámara con un objetivo más largo, ¡pero por suerte dejé esta cámara con el obturador abierto!

Se calcula que el bólido entró en la atmósfera sobre Darmstadt, Alemania, a unos 70.000 kilómetros por hora y que terminó de desintegrarse sobre Luxemburgo.

El día 15 se vio otra bola de fuego sobre Cuenca, que se inició a unos 146 kilómetros de altura sobre el sureste de la provincia y se extinguió a unos 78 kilómetros de altitud sobre la vertical de la localidad conquense de Buenache de Alarcón. Se calcula que entró en la atmósfera a unos 260.000 kilómetros por hora.

Y seguro que se han visto más en todo el mundo porque justo en estos días la Tierra está atravesando la parte de su órbita que se cruza con la del cometa 55P/Tempel-Tuttle, cuyos restos, al caer en la atmósfera e incinerarse se convierten en la lluvia de estrellas de las Leónidas.

Se ven entre el 15 y el 21 de noviembre, aunque el máximo de actividad para 2017 se calcula en la tarde/noche del viernes 17. Una Luna casi nueva ayudará en la observación, ya que su brillo no la entorpecerá.

Como siempre, lo mejor es irse a un sitio con el cielo lo más oscuro posible, ya que no habrá muchos meteoros –habrá que esperar a que Tempel-Tuttle vuelva a pasar por su perihelio en 2031 para que «recargue» las Leónidas–; se han llegado a ver Leónidas con más de 1000 meteoros a la hora, como por ejemplo en 1999.

En España peninsular y las baleares el mejor momento es la medianoche, cuando Leo, de dónde parecen venir, está a unos 30º sobre el horizonte; en Canarias hay que esperar hasta eso de las 2 de la madrugada.

Eso sí, no hace falta usar prismáticos ni telescopios, y de hecho es contraproducente, porque limitan el campo de visión y la trayectoria de los meteoritos se vuelve impredecible en cuanto entran en la atmósfera. Pero sí hace falta abrigarse, ¿eh?

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