Por @Wicho — 31 de octubre de 2013

Una costurera de ILC Dover trabajando en uno de los A7L
Una costurera de ILC Dover trabajando en uno de los trajes del programa Apolo

No hubiera imaginado ni en un millón de años que los trajes que utilizaron Neil Armstrong y Buzz Aldrin para su paseo por la superficie de la Luna fueron fabricados por ILC Dover, más conocida por su marca comercial Playtex.

Sí, Playtex, esa misma que fabrica sujetadores, fajas, y similares, tal y como se puede leer en Bras in Space: The Incredible True Story Behind Upcoming Film Spacesuit.

Cuando la NASA se vio en la necesidad de crear un traje para permitir los EVA en la Luna, y siendo una agencia estatal, sacó su fabricación a concurso, y todo el mundo asumió que sería algún proveedor de la industria militar el que se llevaría el contrato.

Pero el concurso estaba en realidad abierto a cualquiera, así que Abram Nathaniel Spanel, el fundador de Playtex decidió presentarse al concurso porque estaba convencido de que con su experiencia a la hora de diseñar ropa interior estaban mejor preparados para la tarea que otras empresas que se dedicaban a diseñar aviones, misiles, armas, o cascos.

Y de hecho el diseño de Playtex resultó ser tan superior a los presentados por los otros concursantes, que parecían más bien armaduras, que la NASA no tuvo más remedio que declararlo ganador.

La idea de Spanel era crear una prenda suave, perfectamente cosida para evitar cualquier fuga, y en la que aplicaron todos los trucos –y materiales– que llevaban aprendidos tras años fabricando sujetadores y similares; a fin de cuentas llevaba años diseñando para el cuerpo humano.

Un A7L sin la funda blanca que estamos acostumbrados a ver
Un A7L sin la funda exterior blanca que estamos acostumbrados a ver

Lo más complicado fue que Playtex no tenía experiencia en lidiar con la NASA, con lo que una vez ganado el concurso llegaron incluso a ser despedidos, aunque la agencia no tuvo más remedio que volver a contratarlos por lo desastre que eran todas las demás opciones.

Así que Spanel y su empresa tuvieron que espabilar y aprender a trabajar con una burocracia como la de la NASA y con otras dos empresas que fabricaron la mochila con los sistemas de soporte vital y comunicaciones y el casco.

Pero al final se salieron con la suya.

La historia es tan increíble que se está haciendo una película basada en el libro Spacesuit: Fashioning Apollo de Nicholas de de Monchaux, que en 21 capítulos, los mismos que capas tenía el traje, cuenta todo el proceso.

Hay más información en la web del libro, titulada también Spacesuit: Fashioning Apollo, de donde se puede descargar además el primer capítulo.

La relación de ILC Dover con la NASA sigue viva, a todo esto, ya que aparte de los trajes del programa Apolo, Skylab y Apolo-Soyuz han fabricado los EMU usados en los transbordadores espaciales y en la Estación Espacial Internacional y los airbags que se utilizaron en los aterrizajes de Spirit y Opportunity.

De hecho el traje espacial Z-1 que la NASA ha estado probando es también un diseño suyo.

Posturitas con el Z-1

Me tarda ya en llegar el libro –no lo hay en version Kindle– y que estrenen la película. ¡Qué historia más curiosa!

(Vía MetaFilter).

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