Por @Alvy — 20 de enero de 2017

¿Hay alguien ahí fuera?

Este vídeo de Wendover repasa algunas de las cuestiones relativas a lo que se suele conocer como primer contacto con una civilización extraterrestre. Cubre muchas áreas y lo interesante es que plantea más preguntas de las que resuelve – algo que siempre se agradece.

Por un lado examina la experiencia histórica de que normalmente los primeros contactos entre civilizaciones tienen resultados desastrosos; y no solo los de las novelas y películas de ciencia ficción: también en nuestro pequeño planeta los choques culturales han sido normalmente brutales y poco fluidos – por no decir que han acabado siempre en desastre.

Esto es algo que se debe tener en cuenta de cara al salto cualitativo que puede suponer una situación similar con seres inteligentes de otros planetas, que no compartan con nosotros no solo cultura sino tampoco entorno ambiental (¿respiran nitrógeno y oxígeno, quizá gases tóxicos, o no necesitan respirar?), forma (¿son humanoides, amebas o plantas?), naturaleza (¿su química es la del carbono, el silicio, son tal vez una mente-colmena?) o desarrollo a lo largo de su historia (¿su civilización saltó al espacio en unos miles de años o en cientos de miles o millones?)

La forma de contactar con inteligencias extraterrestres pasará primero por encontrarlos (o que nos encuentren): no es fácil «verlos a distancia» con telescopios y las vastas distancias interestelares y límites físicos como los de la velocidad de la luz hacen pensar que debe ser muy difícil que estos contactos se produzcan – por no hablar que una comunicación requeriría cientos o miles de años en ir y volver de un lugar a otro.

Sin embargo cuestiones que se consideran básicas para el desarrollo como es la necesidad de «consumir cada vez más energía» pueden ser una pista para localizarlas. Estudiar mediante radioastronomía las señales que llegan viajando por el espacio (a la inversa eso incluye que pueden estudiar nuestras emisiones de radio y televisión) es otra idea, plasmada en proyectos de tipo SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) y en las emisiones de vez en cuando de mensajes concretos, así como el envío de placas y discos en naves espaciales y sondas.

Finalmente está el asunto del lenguaje de las comunicaciones y el «cómo entendernos». Puede ser algo complicado, como ya aprendimos en Contacto (de Carl Sagan) o más recientemente en La llegada (¿Cuál es su escala de tiempo? ¿En cuántas dimensiones piensan? ¿Qué cosas consideran importantes para que conformen sus mensajes?) Podemos imaginar, como se suele hacer, que tenderán a usar el «lenguaje de la ciencia» (¿es realmente universal?)… o no. Puede que seamos capaces de decodificar sus mensajes o que nos parezcan ruido. Quizá no podamos dar nunca con el canal ni con el código y sencillamente no podamos comunicarnos. Ojalá lo veamos, pero se antoja bastante complicadillo a día de hoy.

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