Por @Wicho — 30 de abril de 2015

Jeff Bezos, además de fundar esa empresa bautizada como Amazon, anda también metido en el negocio del turismo espacial.

Para ello su empresa Blue Origin está trabajando en un cohete reutilizable de despegue y aterrizaje vertical que lleva una cápsula tripulada en su parte superior.

Bautizado como New Shepard, la idea es que la etapa de propulsión lance la cápsula en una trayectoria balística que la llevará un poco por encima de los 100 kilómetros de altitud, para que sus ocupantes sobrepasen la línea de Kármán y por tanto puedan ser considerados astronautas.

Tras la separación el propulsor está diseñado para volver a tierra y aterrizar de nuevo en vertical usando sus motores.

La cápsula, tras permanecer unos tres minutos en caída libre en lo más alto de su trayectoria, vuelve a tierra frenada por sus retrocohetes y unos paracaídas.

El primer New Shepard acaba de hacer su primer vuelo, y aunque la cápsula, que en este caso iba vacía, alcanzó la altitud prevista y volvió sana y salva a tierra, el propulsor se estrelló por un fallo en su sistema hidráulico, tal y como se puede leer en First Developmental Test Flight of New Shepard.

Pero desde Blue Origin no pierden los ánimos, dicen que está todo controlado y que de los fallos se aprende, y que ya están trabajando en la construcción de otras dos unidades propulsoras, así como en el hermano mayor de New Shepard, un cohete bastante más grande y con más capacidad de carga.

Lo que no han dicho es el precio al que van a vender los billetes, aunque seguro que no será barato, ni está muy claro cuando empezarán los vuelos tripulados, así que tienes tiempo de ir ahorrando una vez que les dejes tus datos.

Blue Origin se convierte así en el principal competidor de Virgin Atlantic, que tras el accidente mortal de su nave SpaceShipTwo en octubre de 2014 ha visto retrasado su programa de pruebas y por tanto el inicio de sus vuelos tripulados.

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