Por @Wicho — 10 de julio de 2013

Según cuenta Anatoly Zak en Culprit found el fallo en el lanzamiento del Protón-M que el pasado 2 de julio tenía que haber puesto en órbita tres satélites del sistema Glonass tiene un origen bastante tonto ya que por lo visto un operario instaló al revés algunos de los sensores de velocidad angular del cohete.

Estos sensores tienen una flecha y deben ser montados con esta apuntando hacia arriba, pero en la inspección de los restos tras el accidente han aparecido apuntando hacia abajo, algo que por lo visto no es fácil de hacer y requiere utilizar procedimientos y herramientas no certificadas ni por la documentación de diseño ni por las instrucciones de instalación.

Ciertamente es un fallo garrafal por parte del técnico que los haya instalado, casi como para publicar esta noticia como un WTF, pero también lo es de los procedimientos de fabricado, pruebas y ensamblado del cohete, pues parece claro que nadie miró si ese trabajo se había hecho bien más allá de hacer pruebas eléctricas del circuito que no detectaron que los sensores estaban montados al revés.

Así, el sistema de guiado de vuelo recibía información equivocada acerca de la posición del cohete, lo que le llevó a intentar corregirla, provocando las oscilaciones que se ven en el vídeo y finalmente la destrucción del cohete y su carga.

Cabe recordar que no es la primera vez que pasa algo parecido con una nave espacial, pues la sonda Genesis de la NASA, que traía de vuelta a la Tierra muestras de viento solar se estrelló en el desierto de Utah el 8 de septiembre de 2004 porque los sensores de aceleración que tenían que haber disparado los paracaídas de frenado estaban también montados al revés y nunca detectaron la deceleración de la cápsula de reentrada en la atmósfera.

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