Por @Wicho — 3 de enero de 2015

El mes pasado la NASA llevaba a cabo con éxito el Exploration Flight Test 1, el primer vuelo de pruebas de la cápsula tripulada Orión, aunque en este caso no iba tripulada.

Su objetivo era comprobar el funcionamiento del escudo térmico y otros sistemas como los de separación de los distintos componentes de la nave, los sistemas electrónicos de a bordo, conocidos también como aviónica, los paracaídas, y los sistemas de recuperación una vez que la capsula haya amerizado al final de la misión.

En este vídeo se ve lo que vería un astronauta que fuera a bordo de la cápsula mirando por su escotilla superior:

  • Empieza con la cola de plasma que se produce con la reentrada en la atmósfera a unos 32.000 kilómetros por hora, que hicieron soportar al escudo temperaturas de hasta 2.200 celsius; su color va cambiando con la temperatura.
  • A los 3:10 se ve como los como los cohetes del sistema de control de actitud orientan la cápsula adecuadamente para el descenso; luego se ve pasar alguna nube que otra a toda velocidad.
  • La cubierta del compartimento de los paracaídas se separa a los 5:30, y a los 5:37 se abre el paracaídas guía, que sigue estabilizando y frenando la cápsula.
  • A los 6:35 se abren los paracaídas principales, que se encargan ya del resto de la maniobra de amerizaje.

Esta primera misión es el primer paso de un largo camino que no se espera que vea un lanzamiento tripulado antes de 2021; la NASA tendrá que recurrir mientras a naves tripuladas construidas por empresas privadas para evitar su actual dependencia absoluta en las Soyuz rusas.

El primer vuelo de estas naves, la CST-100 de Boeing, y a Dragon V2 de SpaceX, debería producirse en 2017, aunque eso está todavía por ver.

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