Por @Wicho — 5 de julio de 2006

La sábana santa ¡vaya timo!La sábana santa ¡vaya timo! Félix Ares. Editorial Laetoli y Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico 2006. ISBN: 8493486221. Español. Blog del autor: ciencia 15 Feed RSS.

Este es el tercer y último libro por ahora de la colección ¡Vaya timo! y en él el autor plantea que la sábana santa de Turín es en realidad de origen medieval, por lo que es imposible que sea la verdadera mortaja de Jesucristo.

Para ello empieza contando la historia de otras dos supuestas mortajas de Jesús -hay más de cuarenta- que resultaron ser falsificaciones y luego con más detalle la de la de Turín, haciendo por el camino un análisis de las ventajas que suponía para un pueblo o ciudad cualquiera durante la Edad Media disponer de algún tipo de reliquia que atrajera peregrinos y por tanto dinero y otro tipo de prebendas, y citando ya algunas obras de principios del siglo XX que ponen en tela de juicio su autenticidad.

También explica qué métodos podría haber utilizado un falsificador de la edad media para conseguir grabar la imagen en el lienzo en cuestión y qué estudios científicos se han hecho sobre la sábana santa a lo largo de su historia.

Curiosamente todos ellos apuntan claramente en la dirección de que el lienzo tiene un origen medieval y de que no hay rastro de sangre en é, salvo aquellos realizados por personas interesadas en demostrar a toda costa y a pesar de las evidencias en contra la autenticidad de la sábana santa de Turín… personas que no dudan en inventar explicaciones poco menos que milagrosas o en realizar afirmaciones que no pueden sostener de ninguna manera.

Pero el golpe definitivo viene de una datación con Carbono 14 realizada en 1988 con el permiso de la Iglesia católica que demostró con un índice de confianza del 95% que el tejido de la sábana es de entre 1260 y 1390.

Lo que no sabía es que la propia iglesia ha sido consecuente con su decisión de hacer el estudio y que ha aceptado el veredicto del Carbono 14 de que la sábana santa de Turín no puede ser la mortaja de Jesucristo, lo que por supuesto no impide que pueda seguir siendo venerada por los creyentes como símbolo, ni que aún haya mucha gente que sigue defendiendo su autenticidad.

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