Por @Wicho — 5 de abril de 2007

Los bancos de sangre sufren una escasez crónica de stock que lleva a que en ciertas épocas del año, como por ejemplo en Semana Santa, no sea raro que haya que posponer operaciones programadas para atender a las urgencias por falta de sangre de un grupo sanguíneo en concreto.

Los distintos grupos sanguíneos vienen determinados por la presencia de ciertos antígenos en los glóbulos rojos de cada persona, con lo que alguien será del grupo A, B, AB, o del grupo O (letra O, no número cero, del alemán ohne, que quiere decir sin) según tenga los correspondientes antígenos en sus glóbulos rojos.

Un antígeno es cualquier sustancia capaz de provocar una reacción de nuestro sistema inmunitario, y si a alguien se le inyecta sangre del grupo que no le corresponde su cuerpo reaccionará contra los antígenos desconocidos, lo que puede tener consecuencias graves como una hemólisis, anemia, fallo renal, shock, o incluso la muerte.

Más allá de concienciar a la gente para que done sangre, el gran problema es tener sangre de todos los tipos en una cantidad suficiente, tipos que además no se distribuyen igual en todo el mundo ni en todas las subpoblaciones humanas, así que hace años que se está investigando la posibilidad de convertir un tipo de sangre en otro, y por fin parece que hay resultados esperanzadores al respecto.

Tras probar más de 2.500 hongos y bacterias el equipo del doctor Henrik Clausen dice haber desarrollado un método que mediante el uso de enzimas -proteínas con una función concreta- extraídas de las bacterias Elizabethkingia meningosepticum y Bacterioides fragilis elimina los antígenos de cualquier sangre y la convierte al grupo O, según publican en el artículo Bacterial glycosidases for the production of universal red blood cells de Nature Biotechnology.

No es la primera vez que se desarrolla un método así, pero este parece ser el primero que es suficientemente eficaz y sin efectos secundarios.

Esto no solucionaría todavía el problema del factor Rh, que también es fundamental a la hora de hacer las transfusiones de sangre pues también presenta sus propias incompatibilidades, pero de pasar las pruebas clínicas pertinentes el método del doctor Clausen y sus colegas podría permitir transformar cualquier sangre donada en O+ o en O-, grupos que sirven respectivamente para una persona con cualquier grupo sanguíneo y Rh positivo, y para cualquier persona, ya que el O- es el donante universal, lo que sin duda ayudaría enormemente con los problemas de existencias en los bancos de sangre.

Pero mientras tanto, recuerda, donar sangre es donar vida.

(Vía Ciencia y Lejos.)

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