Por @Wicho — 19 de noviembre de 2012

Una noticia de la Agencia EFE distribuida a principios de este mes afirmaba que «Dos mellizos de siete años con autismo han logrado en apenas dos semanas, gracias a una terapia, romper la "coraza de cristal" que les mantenía aislados del resto del mundo y comunicarse con sus familiares.»

Pero como se suele decir, afirmaciones extraordinarias requieren de pruebas extraordinarias, y según lo que han podido investigar Antonio Martínez Ron y Laura Albor parece bastante obvio que tal afirmación no se sostiene, como cuentan en El método 'revolucionario' para tratar el autismo no tiene fundamento científico.

El resumen es que no hay prueba alguna de que Babysapien haya funcionado con los dos niños mencionados al principio, ya que no hay ningún un estudio científico detrás del método en si, y de todos m odos no podría haberlo con una muestra de dos casos aún ciñéndonos a los mellizos.

Y por otra parte, como dicen Antonio y Laura, «La creadora del sistema Babysapien confirma que no tiene estudios de neurociencia y solo es licenciada en Derecho, pese a lo cual ha diseñado un método que sirve para tratar todo tipo de discapacidades (desde el autismo a la parálisis cerebral hasta el síndrome de Tourette)», lo cual hace saltar aún más las alarmas.

Según Ricardo Canal, un investigador de la Universidad de Salamanca que lleva 30 años tratando a niños con este tipo de trastornos, «ningún niño con autismo se cura pero todos mejoran», con lo que en este caso parece más bien que por fin el trabajo realizado con ellos a lo largo de años, o su simple evolución, puede haber dado lugar a este cambio en su comportamiento.

Así que el atribuirlo a Babysapien parece más bien un caso claro de la falacia Post hoc ergo propter hoc, que asume que si un acontecimiento sucede después de otro este es consecuencia del primero.

O eso o querer vender lo que no es, claro, jugando con el dolor de las familias de los afectados.

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