Por @Wicho — 7 de marzo de 2018

Un asteroide cualquiera; el que nos interesa está tan lejos que no hay imágenes molonas

A finales de octubre de 2017 el asteroide A/2017 U1, más tarde bautizado como 'Oumuamua, dio bastante que hablar cuando los astrónomos se dieron cuenta de que venía de fuera del sistema solar y de que además no se iba a quedar en él. Es el primer objeto interestelar que hemos descubierto, aunque seguro que no es el único que ha pasado por aquí.

Y más o menos en la época en la que descubrimos 'Oumuamua también descubrimos A/2017 U7, aunque su descubrimiento acaba de hacerse público. De hecho no es coincidencia que sus nombres sean tan parecidos pues fueron descubiertos con diez días de diferencia.

Con un tamaño estimado de entre 13,5 y 59 kilómetros A/2017 U7 podría ser un asteroide más –grandecito, eso sí– aunque lo que lo hace peculiar es que su órbita lo va a llevar a abandonar el sistema solar, convirtiéndose en nuestro primer 'Oumuamua, por así decirlo.

Por todo lo que sabemos A/2017 U7 lleva toda la vida en la nube de Oort, una nube esférica de objetos transneptunianos que rodea el sistema solar que empieza a unos 400.000 millones de kilómetros del Sol y se extiende hasta como un año luz de éste.

Pero algo –la gravedad de otra estrella, un choque con otro objeto vecino…– lo ha desplazado de su sitio en la nube (si, sí, pun intended, que dirían los anglosajones) y ahora se desplaza hacia el Sol. Y por una de esas casualidades cósmicas una vez que pase el punto de su órbita más próximo al Sol y que comience a alejarse de él se va a acercar lo suficientemente a Júpiter, que es muy tocho y tiene mucho tirón gravitatorio. Tanto como para que le imparta a A/2017 U7 un aumento de velocidad lo suficientemente grande como para que su órbita se vea modificada de tal forma que nunca volverá hacia el Sol.

Trayectoria de A/2017U 7 por el sistema solar

Así que A/2017 U7 se convertirá en un viajero interestelar igual que 'Oumuamua. E igual que 'Oumuamua con toda seguridad no es la primera vez que pasa algo así en el sistema solar, pero es la primera vez que somos conscientes de ello.

Quién sabe si en un futuro muy muy muy remoto –va a viajar despacito– provocará en otros seres el mismo asombro que provocó en nosotros 'Oumuamua.

(Vía Bad Astronomer).

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