Por @Wicho — 27 de octubre de 2015

Cuanto más sabemos de Encélado, la luna de Saturno, más intrigante nos resulta, en especial desde que sabemos que bajo su superficie helada se esconde un océano global y, probablemente, actividad hidrotermal, es decir, química en la que intervienen rocas y agua caliente.

De ser el caso, estas condiciones podrían servir para albergar alguna forma de vida básica, al menos de vida tal y como la conocemos.

Las capas de Encélado
PIA19656: Global Ocean on Enceladus - Impresión artística de las capas de Encélado (no están a escala)

La sonda Cassini, que lleva en órbita alrededor de Saturno desde 2004, no tiene a bordo los instrumentos necesarios para detectar vida –tampoco es que tengamos muy claro cómo diseñar estos instrumentos– pero mañana, 28 de octubre de 2015, va a aproximarse hasta unos 45 kilómetros del polo sur de Encélado para estudiar los chorros de vapor que salen de allí.

Cassini ya ha sobrevolado Encélado a menos altura, pero nunca a tan poca altura por el interior de uno de los chorros de vapor.

Los científicos creen que estos chorros pueden venir del océano interior de Encélado, y estudiando su composición esperan aprender un poco más acerca de lo que hay dentro de esta luna; en especial quieren saber si hay hidrógeno y moléculas orgánicas en esos chorros.

Y, de paso, obtendremos algunas imágenes espectaculares.

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