Por @Wicho — 22 de julio de 2015

El pasado 29 de junio de 2015 el Falcon 9 que tenía que haber puesto en órbita la cápsula de carga Dragon CRS-7 reventaba dos minutos y 19 segundos después de haber despegado, provocando la pérdida de la cápsula.

SpaceX suspendió todos los lanzamientos inmediatamente mientras investigaba la causa de la explosión.

La investigación sigue en curso, pero según se puede leer en CRS-7 Investigation Update al parecer la pérdida del cohete se debió al fallo de uno de los puntales de soporte del tanque de oxígeno líquido de la segunda etapa.

Cada Falcon 9 usa cientos de estos puntales y hasta ahora ninguno había fallado, o al menos si lo había hecho no había tenido consecuencias que hubieran sido detectadas.

En el caso del que falló en el lanzamiento de la CRS-7 lo hizo con sólo una carga de 2 000 libras cuando su diseño especifica que debe aguantar 10 000, lo que provocó un desplazamiento del tanque, lo que a su vez provocó una fuga en el sistema de circulación de helio; todo ello hizo que la segunda etapa reventara.

Curiosamente los motores de la primera etapa siguieron funcionando sin problemas durante unos segundos tras la ruptura de la segunda etapa, y la Dragon propiamente dicha sobrevivió a la explosión; de hecho siguió enviando datos hasta que quedó por debajo del horizonte y se cortó la conexión.

SpaceX ha dicho que dejará de usar esos soportes y que implantará auditorías más estrictas en los materiales que recibe para asegurarse de que no se cuele nada que no cumpla las especificaciones.

Siguen investigando el accidente para descartar cualquier otra posible causa, y esperan volver a reiniciar los lanzamientos a tiempo de hacer todos los previstos en 2015 a pesar del paró causado por la pérdida de la CRS-7.

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