Por @Wicho — 4 de Junio de 2020

Casi tres meses después de empezar a empujarlo con la pala del brazo robot de la sonda el «topo» de la InSight de la NASA vuelve a estar bajo el suelo. Ahora queda por ver si consigue seguir profundizando o si vuelve a ser escupido hacia fuera, aunque el equipo del instrumento intentará evitarlo con la ayuda, de nuevo, del brazo robot.

Conocido formalmente como HP3, de Heat Flow and Physical Properties Package, paquete de propiedades físicas y flujo de calor, el «topo» es uno de los dos instrumentos principales de la misión. Se trata de una sonda dotada de un mecanismo percutor que le debía haber permitido introducirse hasta cinco metros bajo la superficie de Marte. Lleva un sensor de temperatura en su extremo además de sensores cada diez centímetros en el cable que la une a su «estación base». La idea es que esos sensores, unidos a otro en la superficie que permitan estudiar la conductividad térmica de la corteza marciana, aunque sea a un nivel muy local.

Pero el suelo de Marte, al menos donde aterrizó la sonda, ha resultado ser muy diferente de lo esperado. Y después de más de un año de ser desplegado y al cabo de varios intentos con métodos distintos el «topo» ha terminado siempre por ser escupido.

Así que a finales de febrero de 2020, ya un poco a la desesperada, el equipo del instrumento decidió intentar ayudarlo empujando con la pala del brazo robot. Es una operación muy delicada porque si la pala se desliza hacia dónde no debe puede estropear el cable que une el instrumento con el aterrizador y entonces sería el fin. La cosa se complica porque con todos los intentos previos el instrumento no está vertical sino inclinado. Pero trabajando con mucho cuidado al cabo de seis sesiones de martilleo del «topo» y gracias a la presión añadida de la pala el instrumento vuelve a estar por debajo de la superficie. Pero no mucho.

El equipo de la misión cree que el problema está en que el regolito marciano no proporciona la suficiente fricción como para oponerse a la fuerza de reacción que provocan los golpes del topo y que por eso ha terminado por ser expulsado las veces anteriores.

Así que ahora toca ver si consiguen que siga bajando gracias a la presión de la pala. Para ello seguirán apretando con la pala, primero directamente sobre la parte trasera del «topo», luego sobre el regolito, para ver si al comprimirlo un poco consiguen que el instrumento «agarre» y de una vez pueda seguir bajando por sus propios medios.

Si eso no funciona les quedan dos opciones. Una es seguir presionando el «topo», pero en este caso ya con la punta de la pala para evitar en la medida de lo posible que toque el regolito. La otra es rellenar el hueco por encima del instrumento y presionar con la parte plana de la pala.

A ver si esta vez tienen suerte, aunque cada vez parece menos probable que el instrumento llegue a alcanzar la posición necesaria. Pero si no lo consiguen desde luego no habrá sido por no intentarlo.

InSight sobre Marte con sus instrumentos desplegados
InSight sobre Marte con sus instrumentos desplegados – NASA/JPL-Caltech

InSight, de Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport, en español, Exploración Interior utilizando Investigaciones Sísmicas, Geodesia y Transmisión de Calor, tiene como objetivo primario determinar por primera vez si hay actividad sísmica en Marte, la cantidad de calor que emana de su interior, y estimar el tamaño de su núcleo y si este es líquido o sólido. El objetivo secundario de la misión es estudiar la geofísica, la actividad tectónica, y el impacto de meteoritos en Marte. Para ello cuenta con dos instrumentos principales: el ya citado HP3 y un sismógrafo extremadamente sensible.

La misión está en Twitter como @NASAInSight. Además SEIS, el sismómetro, tiene su propia cuenta: @InSight_IPGP.

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