Por @Wicho — 22 de octubre de 2011

Dándole al móvilHe perdido la cuenta de la cantidad de estudios que he visto pasar que no han conseguido establecer una relación entre el uso de teléfonos móviles y el cáncer, con lo que el hecho de que tampoco lo haga el estudio del Instituto de Epidemiología de Cáncer de Copenhague, y la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer que acaba de publicar el British Medical Journal no es ninguna sorpresa.

Pero no obstante este estudio es muy relevante porque por lo general uno de los «contraargumentos» recurrentes cuando se publican este tipo de estudios es el de que no sabemos lo que puede pasar a largo plazo.

Pues bien, este estudio ha seguido a más de 358.403 usuarios de teléfonos móviles a lo largo de 18 años, y como decía antes, no ha encontrado evidencia alguna de un aumento de los casos de cáncer en el sistema nervioso central entre este grupo de usuarios comprarado con el resto de la población Danesa.

Los datos indican también que en los 10.729 casos que desarrollaron un tumor no hay ninguna relación entre la aparición de estos tumores y el tiempo de uso del móvil, igual que no la hay entre el lugar en el que aparecieron los tumores y la posición en la que los sujetos del estudio colocaban el móvil al usarlo.

El texto completo del estudio está disponible en Use of mobile phones and risk of brain tumours: update of Danish cohort study.

Una alternativa a leerse este informe, de todos modos, es ver Las ondas del mal, uno de los capítulos de Escépticos de la ETB, que trata precisamente de este tema, y que como todos los demás capítulos del programa no tiene desperdicio:

Lo más curioso de todo esto, de todos modos, un grupo de expertos de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer fue el que hace unos meses colocaba al uso de teléfonos móviles en el Grupo 2B de la lista de carcinogenos, lo que provocó la correspondiente oleada de titulares alarmistas hasta que alguien se paró a observar que eso quería decir que el uso del móvil era igual de peligroso que el del café.

Personalmente, como ya dije entonces, no voy a renunciar ni al café ni al móvil.

Aunque eso sí, como dijeron Iñaki Úcar y Julián Palacios en Amazings Bilbao, es indiscutible que Los móviles matan… cuando llega la factura ;-)

(El estudio publicado en el BMJ, vía @adelgado).

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