Por @Wicho — 2 de julio de 2006

Con las consecuencias catastróficas que puede tener un accidente cerebrovascular en el que sólo una parte del cerebro se ve afectada resulta sorprendente que hay personas que no sólo viven sino que pueden llevar una vida bastante normal tras sufrir una hemisferectomía.

Esta operación consiste bien en desconectar quirúrgicamente un hemisferio cerebral del resto del cerebro o bien en extirparlo directamente en el caso de tumores o de enfermedades que provocan un crecimiento anómalo de uno de los hemisferios cerebrales, y por supuesto sólo se aplica en casos extremos.

Tras ella, a todos los efectos, los pacientes viven con medio cerebro.

Los resultados dependen mucho de a qué edad se realice la operación, en qué estado se encuentre el paciente al llevarla a cabo, y de que se haga un buen trabajo de recuperación después de esta, pero hay muchos casos de pacientes que están estudiando en el instituto e incluso en la universidad sin mayores problemas.

The New Yorker publica esta semana un artículo al respecto titulado The deepest cut cuya lectura es, cuando menos, interesante.

(Vía Boing Boing.)

Actualización 5 de julio de 2006: Tecniart tiene unos cuantos enlaces sobre el tema en Medicina extrema.

Actualización 9 de julio de 2006: Jorge nos recomienda

Un libro de Alianza Editorial que se llama El Cerebro Social, muy barato y fácil de leer, que explica algunos «efectos secundarios» de las hemiferectomías, por ejemplo, cuando un hemisferio procesa algo visualmente y el otro hemisferio se tiene que encargar de verbalizar lo que este ha visto y cómo el cerebro se «las ingenia» para pasar la información de uno al otro.

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