Por Nacho Palou — 30 de junio de 2015

En Fast Company, Will Automated Driving Kill The Auto Insurance Industry?,

Google prevé que los vehículos autónomos evitarán el 90 por ciento de los accidentes, mientras que al mismo tiempo se reducirá el número de coches en circulación porque se incrementará el uso del coche compartido en lugar de que cada uno tenga su propio coche (...) en un informe reciente, la consultora McKinsey calcula que el cambio comenzará a producirse entre 2023 y 2037 y que entonces las aseguradoras deberán cambiar la idea de dar cobertura a los conductores ante posibles ‘errores humanos’ para dar cobertura a los fabricantes de coches autónomos ante posibles ‘fallos técnicos’.

Esto suponiendo que con los coches autónomos y la normalización del uso del coche compartido —a un modelo tipo Uber pero de coches autónomos— los usuarios de éstos no tengan obligación de tener un seguro para poder circular. Tal vez porque para entonces esté prohibido conducir. Lo cual no quita que cualquier usuario pueda cubrirse con un seguro personal como los que ya existen y que cubren, por ejemplo, accidentes de circulación independientemente de en qué vehículo se produzca —coche, moto, autocar, bicicleta...— y de quién sea.

Como sea, las compañías de seguros tendrán que adaptarse porque, según Warren Buffett, «cualquier mecanismo que reduzca un 30, 40 o 50 por ciento los accidentes sería maravilloso, pero no sería motivo de celebración en mi compañía de seguros».

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