Por Nacho Palou — 27 de octubre de 2017

Cantar es lo que hace este Nissan de propulsión eléctrica como sustituto del habitual ruido del motor. El ruido que hace un motor de combustión al funcionar es un efecto colateral que, además de producir la mayor parte de la contaminación acústica se sufren las ciudades, sirve como “sonido de alerta” ayudando a que los peatones, y otros conductores, se percaten de la proximidad de un vehículo, especialmente en entornos urbanos.

El “canto” de Nissan (“Canto” es como se llama esta característica presentada en el salón del automóvil de Tokio) es un sonido que varía el tono y la intensidad dependiendo de si el vehículo está acelerando o decelerando.

El sonido sólo se produce a velocidades de hasta 20 o 30 km/h según el mercado al que vaya dirigido. Un espectro de velocidad que resulta escaso para entornos urbanos, aunque también a partir de esas velocidades el vehículo eléctrico resulta más audible debido al sonido del motor (aunque sea mucho más tenue que el de un motor de combustión) y al sonido de rodadura, el que producen los neumáticos sobre el asfalto.

Según Nissan “Canto” se ha diseñado primero como medida de seguridad, a modo de sonido de alerta. Pero también, dice Nissan, está pensado para “enriquecer el ambiente aural de la típica calle de la ciudad”, ajustado para que resulte claramente audible pero sin que ser molesto para peatones, residentes y pasajeros del vehículo.

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