Esta es un prototipo de laboratorio de Doug Martin y John Rollinger, ingenieros de Ford. El proyecto se llama (o llamó) On-The-Go H2O y consiste precisamente en eso: en que el vehículo produce agua potable sobre la marcha.
El agua se obtiene de la humedad del ambiente, aprovechando que el aire acondicionado la extrae del aire cuando lo procesa para enfriarlo (por ese motivo motivo el aire acondicionado reseca la nariz, y también es el método más efectivo para desempañar los cristales del vehículo.)
Los ingenieros descubrieron que el aire acondicionado del vehículo —que en su funcionamiento normal tira el agua al suelo— llega a producir casi 2 litros de agua por hora de funcionamiento, suficiente para llenar varias botellas pequeñas. Para aprovechar esa agua los ingenieros instalaron en el vehículo un depósito, una bomba de agua, una serie de filtros y... un grifo de fregadero.
El resultado es un grifo que suministra agua potable —siempre que se utilice el climatizador con el aire acondicionado— y supone «menos paradas para comprar agua durante los viajes, y también menos botellas de plástico en la basura.» Llegará un día en el cual digamos «no puedo creer que antes desperdiciásemos toda esta agua», dice Martin.