Esta peculiar patente #US10802490B2 de Toyota describe un chisme que es algo así como un vehículo autónomo de repostaje. La idea es que si vas conduciendo y necesitas gasolina, hidrógeno o electricidad pidas un repostaje/recarga y llegue el vehículo-dron a donde estés –conduciéndose él solito– te enchufe o sirva electricidad o combustible y luego puedas seguir tu camino. En palabras de la propia patente:
Se describen aquí las características de un vehículo autónomo para reabastecer combustible. Incluye espacio para el almacenamiento de combustible; un mecanismo de entrega de combustible acoplado a la zona de almacenamiento; una conexión de entrega acoplada al mecanismo de entrega de combustible; un mecanismo de accionamiento y un controlador central. El controlador central puede configurarse para recibir una ubicación de reabastecimiento de combustible y controlar el mecanismo de accionamiento para llevar el vehículo hasta la ubicación de reabastecimiento.
El lenguaje patentil es tan obstuso y genérico como siempre –cosas de las leyes de patentes, supongo– así como sus insípidos gráficos, prácticos pero un poco rancios y con olor a siglo XIX. Pero más o menos se entiende todo lo que hace.
Tal y como se puede adivinar explorando las imágenes la idea y el chisme son básicamente lo que parece, aunque habrá quien diga que es peligroso enviar un chisme con combustible «circulando solo» por ahí, aunque si hablamos de una batería eléctrica igual no pasa nada. También aclara que según el tipo de coche / conexión se podría enviar un tipo de vehículo de repostaje u otro, pues la idea es que pueda haber diversos modelos o tamaños.
También deja caer otras ideas tales como que los conductores podrían pedir repostaje «al mejor postor» si hay diversas gasolineras o electrolineras de este tipo en la zona, eligiendo automáticamente el precio más barato. Seguramente todo dependerá de qué área puedan cubrir y cuánto tiempo tarden en llegar estos chismes, por no hablar de que se consideren suficientemente seguros. Existiendo las grúas de asistencia a mi se antoja un invento un tanto innecesario, pero quién sabe…
(Vía The Drive.)