Un decreto del gobierno Ruso obligará a todas las estaciones de servicio del país a poner a disposición de los ciudadanos un cargador eléctrico como alternativa a la gasolina tradicional. Este plan debería estar terminado en un año, antes de noviembre de 2016, y podemos considerarlo una forma «por las bravas» de acelerar la implantación de los vehículos eléctricos alternativos.
Irónicamente, si las cerca de 30.000 estaciones de servicio del país ofrecieran ese servicio a día de hoy tan solo podrían aprovecharlo 500 vehículos eléctricos – el total del parque móvil de este tipo registrado en la Madre Rusia (!!) Comparativamente en Noruega hay unos 50 000 y en España unos 8000 o 9000 más o menos (se matriculan unos 1.400 al año).
La medida es tan rara que los críticos ya han encontrado la forma de «saltarse la ley»: como el plan prevé que sean válidos los dos tipos de cargadores (llamados de Nivel 1 y Nivel 2) la mayor parte de las «electrolineras» se limitarán a instalar un Nivel 1 (a.k.a. enchufe como el de casa) y santas pascuas.
{Foto: La «electrolinera» del Centro de Tecnología Repsol (CC) Alvy @ Flickr}