Por Nacho Palou — 28 de julio de 2015

En Wired, Hackers Remotely Kill a Jeep on the Highway—With Me in It,

Mientras los dos expertos en seguridad juegan de forma remota con el aire acondicionado, la radio y los limpiaparabrisas de mi coche desde su casa a unos 15 km, me felicitaba a mí mismo por se capaz de mantener la sangre fría en esa situación. Entonces colgaron el teléfono.

Inmediatamente el acelerador dejó de funcionar. Pisé frenéticamente el acelerador y podía ver cómo el motor se revolucionaba, pero el Jeep circulaba a la mitad de la velocidad mientras lentificaba hasta casi moverse por inercia. Esto sucedía justo cuando estaba en mitad de un paso elevado sin arcén en el que parar. El experimento había dejado de ser divertido.

Lo que cuenta Andy Greenberg, el conductor en el vídeo, tiene que ver con la vulnerabilidad detectada recientemente en miles de vehículos y modelos de Jeep que al parecer están expuestos al secuestro electrónico remoto. En Yahoo, Después de la tormenta del hackeo llega... ¡el tormento de la revisión!,

Lo que sucedió la semana pasada ha dado para riadas de noticias, comentarios, bromas y hasta procesos de revisiones de urgencia y comunicaciones de crisis. Pero lo que trasciende es que por segunda vez en dos años, si un par de buenos técnicos se lo proponen, pueden entrar hasta la cocina de la electrónica de un coche. Y si hasta ahora lo que vemos son experimentos llamados a sacar los colores a los fabricantes de automóviles, la realidad es que diseñar mal la arquitectura electrónica de un coche puede tener en el futuro consecuencias indeseables.

Lo de crackear la electrónica de un coche no es nada nuevo, aunque este caso es más espectacular porque se puede hacer de forma remota en vehículos conectados.

En episodios anteriores los métodos incluían utilizar un CD de música o trapichear manualmente los controles.

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