Por @Wicho — 9 de Enero de 2024

Portada del cómica con un primer plano del Swordfish de los protagonistas con otro en segundo plano soltando un torpedoThe Stringbags. Por Garth Ennis (guión); PJ Holden (ilustraciones); Kelly Fitzpatrick (color); Rob Steen (rótulos). Aleta Ediciones (11 de octubre de 2021). 192 páginas.

Cuando entró en servicio en 1934 el Fairey Swordfish era ya un avión anticuado. Para cuando entró en acción en la Segunda Guerra Mundial era directamente arcaico.

Pero aún así estuvo presente en algunas algunas acciones decisivas, especialmente en los primeros años del conflicto. Y siguió siendo utilizado aún después de que este terminara; no en vano su apodo Stringbag es el de las bolsas de la compra y se le puso por su capacidad para llevar montones de tipos distintos de cargas útiles.

Este cómic sigue las andanzas de una de sus tripulaciones en la Batalla de Taranto contra flota italiana; en la persecución del Bismarck previa a su hundimiento; y en la desastrosa –para los Aliados– Operación Cerberus en la que los cruceros alemanes Scharnhorst y Gneisenau, el crucero pesado Prinz Eugen, y sus naves de acompañamiento consiguieron atravesar el Canal de la Mancha rumbo a Alemania prácticamente indemnes a pesar de los esfuerzos británicos…

El ataque de un puñado de aviones antiguos, pilotados por hombres cuya valentía supera cualquier otra acción de cualquiera de los bandos ese día.

Otto Ciliax,
almirante de la Kriegsmarine,
sobre el ataque de los Swordfish el 12 de febrero de 142

Para esto Ennis se toma la licencia de crear una tripulación ficticia, pues, al menos según los registros, ninguna tripulación participó en esas acciones. Por eso mismo la participación de los tres protagonistas en las tres acciones es un tanto limitada, pues no les quiere atribuir cosas que llevaron a cabo aviadores reales. Aunque salen aviadores reales en la historia.

Pero a pesar de ello el cómic es un sentido y recomendable homenaje al Swordfish y a sus tripulaciones.

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