La forma en que funciona la genética de los grupos étnicos es bastante compleja y de hecho es difícil tanto definir como explicar la forma en que se transmiten o «diluyen» genéticamente ciertos rasgos étnicos de padres a hijos. Pero sí se sabe que no hace falta remontarse más de 2.000 o 4.000 años para encontrar a una persona que fue el ancestro común de todos los seres humanos que poblamos hoy el planeta. En el caso de los europeos este fenómeno es incluso más extremo: toda persona que estuviera viva hace 1.000 años y tuviera descendencia es también un ancestro de todas las personas de descendencia europea que poblamos ahora el continente. [Fuente: It’s Okay to be Smart.]