El cartero de la ciudad costera japonesa de Susami, Toshihiko Matsumoto, propuso colocar un buzón de correos bajo el agua cuando la ciudad buscaba ideas para impulsar el turismo. “Aquellos dispuestos a zambullirse pueden ponerse un traje de neopreno y enviar cartas desde 9 metros de profundidad.”
Desde entonces cada día Hiroaki Yamatani, el dueño de la tienda de buceo, desciende hasta el buzón submarino para recoger las cartas —más bien, las postales a prueba de agua escritas con tinta indeleble— en la oficina de correos “seca”, en la superficie. Y desde ahí viajan a su destino.
Al parecer de algún modo la idea ha sido un éxito: desde su entrada en servicios se han enviado casi 38.000 cartas desde 9 metros de profundidad, desde el único buzón de correos del mundo que se ha instalado bajo mar.