Por @Alvy — 29 de Octubre de 2009
Inquitantes cuestiones las que citan en GenCiencia titulando ¿Comeríais cerdos insensibles al dolor? citando al provocador filósofo Adan Shiver:
Dado que la sociedad no va a prescindir de corto o medio plazo de la alimentación de animales, ¿aceptaríais emplear la ingeniería genética o los avances en neurología para facilitar en lo posible la muerte indolora de dichos animales? ¿O, por el contrario, creéis que ese alivio es en verdad un alivio de nuestra propia conciencia y un atentado contra el animal? (…) ¿Asumiríais consumir por ejemplo un cerdo que ha sido diseñado en un laboratorio para ser netamente feliz, no notar el dolor y, por qué no, «desear» ser alimento para humanos como colofón apoteósico de su existencia? ¿Os parecería bien que se «cultivaran» animales sin cerebro destinados a la alimentación?
Aparte de estas consideraciones –que parecen tener que ver casi todas ellas con el sufrimiento de los animales– no sé si en su libro comentará también que hay otras buenas razones, por ejemplo ecológicas y de sostenibilidad medioambiental, para elegir no comerse un chuletón.
Actualización: Una gran aportación de Daniel:
Sobre el tema de los animales que «desean» servir de alimento a los humanos ya hay un ejemplo en El restaurante del fin del mundo (de la saga de la Guía del autoestopista galáctico). En este libro aparece una vaca que, además de ser el plato fuerte, es el camarero. Ante los escrúpulos del protagonista por comerse a un animal que desea ser comido, la vaca le plantea que si prefiere comerse a un animal que no desea ser comido.