El mito dice que las balas no pueden atravesar el agua, o al menos que no pueden atravesar «grandes cantidades de agua», mientras que en el aire puden recorrer distancias de muchos cientos de metros y su impacto resultar fatal. Las pruebas confirman que en el agua la historia es completamente distinta. Si estuvieras en el agua y alguien te disparara con una pistola o un rifle desde la vertical, estarías prácticamente a salvo con sumergirte unos 2,5 ó 3 metros. La distancia segura varía un poco dependiendo del tipo y potencia del arma. Incluso una profundidad de sólo un metro de agua te garantiza bastante seguridad frente a un disparo en ángulo de 30 grados con una pistola poco potente. (Fuente: nuestros admirados Cazadores de Mitos en Bulletproof Water.)
Otro mito relacionado con esto es un clásico: si una pistola sumergida funciona o no, o si queda inutilizada tras sacarla del agua. En pruebas realizadas con varios modelos se comprobó que funcionan bien bajo el agua, aunque algunas armas quedan inutilizadas tras el primer disparo, se atascan los casquillos o sólo disparan correctamente la mitad de las veces. La mayoría funcionan casi perfectamente tras sacarlas del agua (si no se han disparado) aunque hayan pasado un rato sumergidas. Cuando se dispara una bala bajo el agua, ésta hace también bastante ruido y salen burbujas, y el agua encima de la pistola «salta» en ocasiones hasta un metro de altura. Existen, naturalmente, armas especiales y munición resistente al agua para evitar todos estos contratiempos en caso de necesidad. Que le pregunten a Jack Bauer. (Fuente: Underwater Handgun Shooting.)