Al ángulo que forman el norte geográfico y el norte magnético, medido desde un punto concreto de la Tierra, se le llama declinación magnética y ha sido un valor primordial en la navegación durante mucho tiempo (…) La declinación magnética cambia a lo largo del tiempo (…) siguiendo una ruta tortuosa y, hasta cierto punto, impredecible. El polo norte magnético es de todo menos estable, no hay más que pensar lo viajero que ha sido en los últimos cien años, moviéndose más de 1.000 kilómetros desde el norte de Canadá, encaminándose más allá del Ártico. Si sigue tal camino, el norte magnético apuntará en nuestras brújulas hacia Siberia dentro de unas décadas (…) (Fuente: Tecnología Obsoleta.)