Por Nacho Palou — 25 de enero de 2013

Si el frío extremo es capaz de convertir al instante agua hirviendo en nieve, es fácil imaginar lo que sucederá en una situación térmica parecida con el agua que los bomberos lanzan sobre el fuego en un incendio: que todo queda cubierto de hielo.

En The Atlantic — Chicago's Freezing Fire, una espectacular serie de fotografías de cómo quedó un almacén de Chicago tras el fuego y la intervención de los bomberos.

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