Mírate fijamente en un espejo. Mírate primero a uno de los ojos. Luego cambia al otro. Izquierda. Derecha. Izquierda. Derecha. Como comprobarás, no puedes ver cómo se mueven tus propios ojos aunque ciertamente los estás moviendo. En cambio si hay otra persona observándote, o eres tú quien mira a un amigo haciendo el experimento, esos leves movimientos se ven perfectamente. Se llaman movimientos sacádicos oculares y el ojo los hace de forma continua y automática para componer los detalles de una escena. Pero la información que hay entre un movimiento de sacada y otra no se procesa: sólo ves la imagen anterior y la posterior, no el «movimiento borroso» que hay entre medias. Como duran entre 20 y 800 milisegundos, si se suma el tiempo de todos los movimientos sacádidos durante el día, incluso sin contar los parpadeos, resulta que durante unos 90 minutos al día no ves nada de nada debido a estos movimientos, pero tu cerebro completa esa información visual que falta, como por arte de magia. (Leído en Mind Hacks.)