Si hubiera algún tipo de catástrofe global y de repente nos quedáramos sin la posibilidad de controlar los satélites que orbitan la Tierra, la fiabilidad de los receptores GPS empezaría a degradarse al cabo de un par de horas. Esto es debido a que desde tierra se les envían datos para corregir su posición de forma casi continua, y en cuanto dejaran de recibir esas órdenes comenzarían a funcionar en modo automático, acabando «a la deriva». Aunque por seguridad almacenan unos 60 días de datos de navegación orbital, transcurridas unas 8 a 24 horas los usuarios comenzarían a darse cuenta de fallos muy aparentes a través de sus receptores. Moraleja: los satélites GPS nos necesitan tanto a los humanos como nosotros a ellos. [Fuente: V1nny, ingeniero de software GPS.]