Aunque se cree que las primeras cartas del Tarot se fabricaron entre 1410 y 1430 en el norte de italia, no hay constancia de que se usaran con fines adivinatorios hasta el siglo XVIII. Existen algunos ejemplos de juegos adivinatorios con cartas similares hacia 1540, y de hecho los naipes llegaron a Europa mucho antes, a finales del siglo XIV desde Egipto – pero los primeros usos documentados para «adivinar el futuro» con el Tarot que se conocen son manuscritos como The Square of Sevens de 1735 y el Pratesi Cartomancer de 1750. Así que si ves una película ambientada antes del siglo XVIII en la que los personajes usan las cartas del tarot para algo más que jugar o apostar unas monedas, se trataría de un anacronismo. Y de todos modos, como con casi todo lo que rodea al Tarot, las historias sobre su origen son un tanto oscuras y varían mucho dependiendo de las fuentes consultadas, cuya fiabilidad es también bastante… ejem, relativa. (Visto en Tarot en la Wikipedia en inglés).