Por @Wicho — 23 de junio de 2010
- Toallas. Ninguna sorpresa aquí.
- Ropa de cama, lo que tampoco resulta muy raro ni sorprendente.
- Cubertería y accesorios de cocina y del servicio de habitaciones, que nunca se sabe cuando le puede hacer falta a uno un cacharro para sujetar un huevo cocido.
- Productos de baño, y no el típico kit de bienvenida sino más bien tipo secador de pelo o incluso toalleros.
- Gadgets electrónicos, incluyendo pero no limitándose a televisores, reproductores de DVD, o teléfonos.
- Muebles y bombillas, aunque el que consiga llevarse una silla casi debería podérsela quedar en reconocimiento al mérito. Las papeleras, espejos, y cuadros también son muy populares.
- Señales de todo tipo, en general víctimas de clientes borrachos que opinan que quedarán muy bien sus casas u oficinas.
- Cosas inverosímiles como una copiadora de una sala de reuniones, un aparato de aire acondicionado de 150 kg de peso, o las puertas de un vestidor.