Según su diseñador, AirSelfie es el dron más pequeño del mundo (comercial se entiende, pero para eso hay que esperar a que se comercialice, de hecho). En cualquier caso es realmente pequeño, tiene el tamaño de un teléfono móvil de la vieja escuela, o de un paquete de tabaco.
Su misión en este mundo no es muy admirable: es una variante compleja del palo selfi, y está diseñado para eso, para hacer selfis desde el aire. Se controla desde el teléfono móvil, iPhone o Android, e incorpora una función que estabiliza automáticamente el vuelo para tomar fotografías de 5 megapíxeles y vídeos Full HD a 30 fps, dos especificaciones algo escasas a estas alturas del año 2016 — y que lo serán todavía más cuando el AirSelfie esté disponible el año que viene.
Lo que no se puede negar es su bonito diseño y aparente buena construcción, con cuatro motores sin escobillas, tarjeta microSD (4 GB, poco también) y batería de 260 mAh (que probablemente no proporcione más de unos minutos de vuelo) que se carga con una cable USB. Por suerte la funda en la cual aterrizar el dron dispone de una batería que recarga el AirSelfie mientras está guardado en el bolsillo.